Ampliar
Aldeas de Ezcaray. Ayuntamiento de Ezcaray Las aldeas de cuento que adornan EzcaraySon coloradas y de piedra, amantes de la soledad, enemigas del bullicio. Algunas cuentas con habitantes, pocos, otras con ninguno. Todas ofrecen un viaje al pasado
Viernes, 26 de diciembre 2025, 10:05
... sedientas de futuro abastecidas con su caudal. Así ha sido a lo largo de los siglos, su rumor húmedo funciona como el canto de sirenas a cuyo embelesamiento se ofrecen voluntarios los habitantes de aldeas, pueblos y ciudades. Con el río Oja pasó eso. Pausado, dueño y señor de su recorrido, desciende desde el entorno del monte Gatón alimentado por arroyos que fluyen para fundirse en sus brazos calando hondo en su trayectoria. Bajo su vital protección surgieron tiempo atrás las denominadas 'Aldeas de Ezcaray', sobre terruño riojano. Primero como cabañas de pastores salpicadas por el Valle del Oja, próximas a pastos donde rumiaba el ganado y a un río que le daba de beber. El tiempo corrió, igual que el curso acuoso, y a la casucha suelta le salieron hermanas que nutrirían pequeños poblados.Ganadería, agricultura y minería prorrogaron una existencia adornada por lavaderos, hornos, tornos para herrar, ermitas e iglesias. Danzan bailes costumbristas entre sus callejas a las faldas de la Sierra de la Demanda, suenan a ayer, de ahí que hayan las hayan declarado de Interés Público. Los relojes dejaron de avanzar entre sus muros, sus manillas se abandonaron al deleite de escuchar el rumor del agua, el canto de los pájaros, el silencio y la calma. Los caminos entretejieron una red casi invisible para conectarlas, como venas de un cuerpo que mantiene el fluir de la sangre rural, de un mundo acosado por el presente que lucha por persistir en el futuro. Varios son sus nombres, peculiares como ellas mismas. Aquí las presentamos. Cuídenlas, merecen respeto tras el enorme esfuerzo por la supervivencia.
Altzurra
Afrontamos la labor por orden alfabético, de ahí que empecemos con esta aldea deshabitada a la que puso nombre el arroyo que la atraviesa, uno de los que parten veloces al encuentro con el Oja. Ese no haber nadie mantiene el lugar en un estado perpetuo de misterio. Probablemente, la lejanía respecto al núcleo urbano fue causa de ese abandono, o al menos algo culpable del partir de vecinos y maletas. Espera a 1.022 metros en zona umbría, a 3 kilómetros de Posadas.
Altzurra suena a euskera porque a ese idioma se debe su topónimo. Desde 1974 la suma de sus habitantes da cero, resulta una cuenta fácil, pero a mediados del siglo XVIII había 130, que en 1964 se habían reducido a 15. No es fácil sobrevivir con un número tan bajo de vecindario, mantener levantados los edificios, por eso hoy día solo luce arreglada una casa en el acceso, el resto duermen su sueño eterno de ruina incapaz de olvidar la belleza de parajes cercanos como el Paso del Águila.
Ayabarrena
A menos kilómetros de Posadas, 2 en este caso, levanta sus formas esta antigua aldea a la que se accede a través de un estrecho camino. Recorrerlo es como traspasar un túnel hacia el ayer, protagonizar un viaje en el tiempo que acaba frente a casas serranas hechas a base de piedra y mampostería. También a este cede su nombre el arroyo, donde una acequia servía de lavadero en los tiempos en que el esfuerzo de frotar la ropa y golpearla contra la piedra funcionaba como la más práctica de las lavadoras.
Los montes Otero y Cenáticas protegen como una pareja de forzudos a la bella señorita que luce encanto cerca de una zona de abundante mineral de hierro como La Demanda. No es que vaya a encontrar el turista overbooking en este destino, actualmente se encuentra casi deshabitada. Es parte de su atractivo, romper con la populosa urbe que a veces nos ahoga. Para llegar desde Ezcaray, habrá que cubrir 13 kilómetros a través de la carretera de las aldeas. Al acceder a Posadas, desde su iglesia a la derecha parte un camino delgado que discurre valle arriba paralelo al arroyo, junto a ese agua ,señal de vitalidad y esperanza.
Azárrulla
También el euskera cedió aquí su sonidos, e indicó, como pista final de denominación, la existencia de una ferrería en la margen derecha del Oja. La hubo, y con gran tradición, durante el siglo XIX, después mudó de labor, convirtiéndose en central eléctrica. Si retrasas la partida y acabas por allí en febrero, el día 2 celebran a la Virgen de la Candelaria con misa en la iglesia de Las Candelas, justo en el centro de la Aldea. El paisanaje de esta aldea es curioso, igual que su paisaje. Ornan sus rincones colmenas, vacas y huertas, pues de miel, ganado y productos de la tierra vivieron allí la mayoría durante años.
Para llegar desde Ezcaray hará falta cubrir 7 kilómetros a través de la ya conocida carretera de las aldeas. Tras superar los cruces de Urdanta y Zaldierna aparece el de Azárrulla, a la izquierda de la carretera. Dicen, quienes se mueven por la zona, que se trata de la aldea más funcional, mucha gente que trabaja en Ezcaray o Logroño decidió buscar allí la tranquilidad del hogar. De ahí que regale, al contrario que otras, calles cementadas que evitan la acumulación de barro y nieve, facilitando la existencia a quienes allí la disfrutan.
Como curiosidad, en junio celebran San Antonio, el sábado más próximo al día 13. Por la mañana toca misa y una procesión, que parte hacia otra de las aldeas, San Antón, donde la imagen del santo permanece hasta el año siguiente, cuando regresa a Azárrulla, y así sin parar de acá para allá, de allá para acá, como los jubilados que huyen de zonas gélidas con la intención de evitar el frío en invierno y regresan a zonas frescas escapando del calor en verano.
Cilbarrena
Aquí el progreso se cobró otra víctima, la aldea quedó despoblada tras la marcha de sus vecinos en busca de horizontes más propicios. A cambio, el turismo amante de entornos abandonados ganó otra apuesta segura en el barranco donde coexistieron las pedanías de San Juan y Lozalaya, un compendio de casas en ruinas, restos de calles y el pilón donde antaño conversaba la gente.
Resiste íntegra la ermita de San Juan, nacida en el siglo XIX, no por cabezonería o por fuerza de voluntad divina, sino por el mimo y cuidado que le otorga la cofradía que lleva su nombre. Desde el templo, celebran romería la tarde del 24 de junio, día de San Juan. La cita junta público para asistir a la misa campestre y a la procesión de santo y cofradía, cuyos miembros (y visitantes) aguantan el calor a base de tragos de vino y gaseosa, cuando suena la música y las cuadrillas meriendan y ríen.
Aunque la aldea aguarde vacía, a solo medio kilómetro de distancia se precipita desde 6 metros la cascada 'El Chorrete', obedeciendo una senda que cruza la campa de la ermita. Al acceder al pequeño valle, junto al río se encuentran restos del priorato de Ubaga, monasterio de origen románico habitado en el Medievo por monjes que repartían habas a los pobres de la zona y de esas aldeas. Para verlo, basta partir desde Ezcaray a través de la LR 415. En la margen derecha del agua se encuentran el barranco de Cilbarrena y las ruinas del priorato. Cerca emergieron antaño aquellas aldeas de San Juan y Lazalaya, arruinadas desde el siglo XVIII y desaparecidas completamente ahora.
Posadas
Aseguran que tiene una ventaja importante sobre el resto, ser la mejor para observar la tradición arquitectónica del valle entre sus callejuelas. Y que posee, asimismo, la cita documental más antigua, del año 1037, cuando ya se la mencionaba como «Posatas». A qué suena el nombre: a lo que era por aquellos tiempos, lugar de refugio y descanso para los pastores trashumantes tras atravesar una sierra que no siempre ponía fácil la labor. Con Ezcaray de nuevo como punto de partida y referencia, a través de la carretera de las aldeas llegará el visitante al puente Erma. Poco después de Azárrulla, la ruta cambia de margen pasado a la izquierda del Oja, entre muros vegetales y prados, hasta Posadas. Habrán sido 10 kilómetros escasos.
Allí conviene acercarse a la iglesia del patrón, San Juan Bautista, creada en el XVI. Hay quien prefiere pescar truchas en el río, aunque una actividad no excluye a la otra. Junto al agua, al borde del canal, preside el espacio un antiguo edificio industrial que accionaba una ferrería gracias a la gran rueda movida por las embestidas del salto de agua. Cubierta por casas restauradas, muchas de uso vacacional, nadie se va sin haberse sentido poseído por un ritmo antiguo y el retiro campestre.
San Antón
En la orilla contraria, casi enfrente del siguiente destino, vigila impertérrita Azárrulla. Ella ocupa la margen izquierda del Oja, San Antón la derecha, por la que discurre el arroyo Rogaldía. Es bonita, cuca, chisposa. En las laderas que ponen cerco se distinguen todavía entradas a las galerías donde antiguamente extraían mineral de hierro. No son las únicas de Ezcaray, sí fueron de las más importantes.
De ese núcleo separan solo 8 kilómetros. Llegar es sencillo: el turista deberá usar la carretera de las aldeas y, tras superar los cruces de Cilbarrena y Zaldierna, aparecerá el cruce de San Antón a la derecha. Exhibe iglesia de estilo rural dedicada al santo que cede su nombre, y magia arquitectónica y paisajística, como el resto de compañeras.
Turza
Aquí vive gente, sus confines laten en pleno corazón del valle. Los visitantes la adoran, yacen sin prisa dentro de un entorno natural maravilloso, otro de los más buscados de la zona, que añade a lo regalado por la naturaleza lo creado por el esfuerzo humano, casas típicas de aspecto tradicional, coloradas por piedra roja usada en la zona. Cuando decimos que hay vecinos a los que saludar, nos referimos a que se cuentan con los dedos de ambas manos. Se suman a la carencia de superpoblación los amantes de casas y entornos rurales hospedados allí para disfrutar de lo que sus ojos ven y sus piernas caminan. Se llega por carretera desde Ezcaray en 7 kilómetros o a través de la calzada de origen romano que une la aldea y añade senderismo a la excursión.
El paseo vale la pena, atraviesa uno de los hayedos más espectaculares de la zona. Al llegar, se es testigo del milagro, pues hace no mucho la mayoría de edificios se hallaban semiderruidos, pero hubo quien se empeñó en resucitarlos, salvándolos así del olvido. A ellos y a la aldea, donde sigue presente la ganadería y ese eco antiguo de siglos perdidos.
Urdanta
Se trata de la tercera con más población, aunque no vas a tropezar con personas agobiadas por el propio agobio. Las faldas del monte San Lorenzo añaden fondo a la postal, igual que la estación de esquí de Valdezcaray, en la confluencia de los ríos Beneguerra y Rehoyo. Así que si te gusta la nieve, es una buena elección para admirar paisajes blancos en lo profundo del barranco. El brillo continúa en su parroquia, dedicada a la Ascensión, con elementos románicos.
A falta de uno, dos ríos la atraviesan, por eso el recién llegado encontrará molino, fuentes… Entre casas de piedra roja y un barrio separado del núcleo al principio del destino. Desde esta aldea parten sendas y rutas deportivas, recomiendan la 'Ruta del sillao', construcción a base de piedras de sillería que hace de linde respecto a la vecina Zaldierna, en lo alto de la loma que separa ambas pedanías. Son 10 kilómetros, cifra redonda, los que separan de Ezcaray por la carretera de las aldeas, siguiendo el trazado de la Cañada del Oja. Bastará fijarse en el cruce a la izquierda, indica Urdanta para añadir otra muesca a este listado.
Zaldierna
Aquí el letrero de 'Pasen y vean' parece encenderse con más fulgor. La culpa del destello la tiene el conjunto arquitectónico del siglo XVIII, Patrimonio Artístico de La Rioja. Mampostería y sillería con arcadas y puente de piedra sobre el río Zambullón complementan la atracción que ejerce la iglesia de San Sebastián. A todo se añaden murallas de refuerzo sobre el río.
No en vano se referían a ella como la 'Capital de las Aldeas' del Valle. Aquí había escuela, molino y horno para cocer pan, y donde había molino había capacidad para comer, y donde había pan no mandaba el hambre. Rehabilitación y conservación han hecho buenas migas, muestran su elegancia rural. Poco espacio aleja de Ezcaray, 5 kilómetros, ¿por dónde?: por la carretera de las aldeas, sí. Pasa el cruce de Cilbarrena y allí espera paciente.
Límite de sesiones alcanzadas
El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a las vez.
Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Sesión cerrada
Al iniciar sesión desde un dispositivo distinto, por seguridad, se cerró la última sesión en este.
Para continuar disfrutando de su suscripción digital, inicie sesión en este dispositivo.
Iniciar sesión Más información¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
- Temas
- Ezcaray