Casi tres millones de millones de mujeres (2.715.311) han sido acosadas sexualmente en el último año en España. A ellas se suman, las 378.907 que padecieron agresiones de índole sexual en estos últimos 12 meses. Y es que, las cifras de la Macroencuesta de Violencia sobre la Mujer -elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género y presentada ayer por la ministra de Igualdad Ana Redondo- demuestran que, aunque hayan pasado más de 20 años de la ley integral contra la Violencia de Género, el ensañamiento contra las mujeres sigue instalada en el corazón mismo de la sociedad española.
Las páginas del informe parten de la realidad de que también más de dos millones de mujeres (1.956.514) mayores de 16 años y residentes en España han sufrido violencia física por parte de su pareja en algún y un 75,9% reconoce que este hecho ha sucedido en más de ocasión. Pero la realidad es todavía más retorcida y dura porque el 40,2% de aquellas que la han sufrido por parte de su pareja duró más de cinco años y 228.440 admiten haber sido víctimas de violación en el ámbito sentimental.
Es difícil ignorar lo subrayado por el informe del informe y es que la vergüenza (10,4%), la autoculpabilización (5,5%) y el temor a no ser creídas (5,2%) siguen siendo los principales motivos que frenan a las mujeres a denunciar, a los que se suma el miedo al agresor (8,2%). Estos factores permiten que el abuso se consolide y que el control y la sumisión impuestos por el agresor se amplíen con el tiempo. La violencia psicológica aparece con especial incidencia. Una de cada cinco mujeres (20,9%) declara haber sufrido violencia emocional y una de cada cuatro (25,1%), violencia de control.
En los casos de convivencia, la violencia también adopta la forma de control económico. Más de dos millones de mujeres lo han sufrido alguna vez y 428.938 (el 2%) en el último año. Desazona leer que el 23,2% de las mujeres reconoce padecer ese control de forma recurrente con su pareja actual y que, entre quienes lo han vivido, 323.565 -un 13%- lo experimentaron con parejas distintas.
No es la única vía por la que se ejerce el castigo económico. Un 11% de las mujeres afirma que su ex pareja ha incumplido, al menos una vez, el pago de la pensión alimenticia de los hijos en común, otro modo de prolongar la dominación y la tortura una vez cortada la relación.
Toda esta realidad está marcada y atravesada, de arriba a abajo, por el miedo. Solo el 16,8% de las víctimas se atreve a denunciar, aunque se observa una ligera mejora respecto a los datos del año 2019, cuando la cifra era del 11,1%. Aun así entre los casos no denunciados, muchas mujeres justifican el silencio con el "era menor de edad", dato que enlaza con otra cifra alarmante: el 46,2% de las violaciones a menores ocurre entre los 6 y 10 años, seguido del 39,4% entre los 11 y 15. Solo el 0,5% de las agresiones se produce en edades cercanas a la mayoría de edad.
Tal y como adelantaba EL MUNDO en octubre, en los últimos años, los delitos contra la libertad sexual han experimentado un fuerte incremento. Tanto, que estas infracciones penales han aumentado un 129,5% desde que se tienen registros, y más de un 60% entre 2020 y 2024. Asimismo, entre 2010 y 2024, las violaciones han subido en un 161,4%, a un ritmo interanual promedio del 16%. Así lo recoge el último Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior, que muestra como, dentro de los delitos contra la libertad sexual, entre estos delitos, las violaciones se han multiplicado por cuatro, pasando de las 575 conocidas en el primer semestre de 2016 a las 2.655 registradas para el mismo período de este año, lo que supone un incremento de 361,7%.
Cada vez más víctimas recurren a la ayuda formal -médicos, psicólogos, psiquiatras- y también a la informal, la que se sostiene en madres, amistades y familiares, como un principio de salvación. Entre 2019 y 2024, el contacto con servicios profesionales aumentó del 32,6% al 41,4%, y esa cifra, deja entrever que empieza a formarse una suerte de reflejo colectivo, una nueva dinámica.
Y sin embargo muchas mujeres siguen sin encontrar apoyo en su entorno inmediato, no por falta de voluntad, sino porque el agresor está precisamente ahí, incrustado en ese mismo círculo íntimo. Entre quienes han sufrido una violación fuera de la pareja, el 23,1% señala a un familiar hombre, el 62,7% a un amigo o conocido, y solo el 12% identifica a un desconocido como agresor, dato que desvela con crudeza la paradoja de que la amenaza, demasiadas veces, procede de donde menos debería. Un claro ejemplo lo muestran las mujeres mayores de 75 años, franja de edad en la que solo dos de cada 10 logra romper la relación con su agresor.