La noticia del asesinato de Lucas, el niño de Garrucha (Almería) hallado muerto el pasado miércoles con muestras evidentes de haber sido golpeado con saña, es la crónica de una muerte anunciada a manos de la pareja de su madre, a quienes este sábado el juez de Vera encargado del caso ha enviado a prisión sin fianza. Los dos están investigados por un delito de asesinato y otro de maltrato habitual.
Ayer, la autopsia del pequeño desvelaba que había signos de violencia física y sexual en el cuerpo maltrecho del niño, pero todo apunta a que no era la primera vez que había sufrido agresiones. Faltaba mucho a clase, cuando lo hacía por lo general iba sólo y en ocasiones, más de las deseadas, acudía al colegio con moretones en el cuerpo, golpes en la cara y hasta brazos en cabestrillo.
Hoy, el abuelo materno de Lucas, Martín, denunciaba a través de su abogado, José Luis Martínez, "el fracaso absoluto" del sistema y de la administración pública que no ha sido capaz de proteger a su nieto, a pesar de los muchos signos que indicaban que podría estar sufriendo violencia en casa.
La tía abuela del menor, una de las primeras en dar la voz de alarma por su desaparición, había acudido a la Guardia Civil con fotos de hematomas visibles en la cara y la sien del niño, pero no había parte de lesiones. Nunca lo llevaron al médico, explica el abogado.
Y tras hacerse pública la desgarradora noticia de la violenta muerte de Lucas se ha sabido también que sobre la pareja sentimental de su madre, al que la familia de la joven señalan como principal responsable de lo sucedido, pesaba una orden de alejamiento.
El pasado 20 de octubre, la Sección Civil y de Instrucción del Tribunal de Instancia número 1 de Vera, competente en Violencia sobre la Mujer, había dictado una orden de alejamiento del hombre arrestado por la muerte del niño de Garrucha. La orden en cuestión se refería tanto a la madre como al hijo.
Lucas vivía con miedo
La realidad es que "Lucas vivía con miedo", dicen sus vecinos. Ahora son muchas las voces entre quienes conocían a los dos detenidos en relación a su muerte -la madre del menor y su actual pareja sentimental, que no era el padre biológico- que apuntan a que el hombre pegaba al niño con frecuencia y que el pequeño le tenía mucho miedo.
En un video que circula por redes sociales se ve como la presunta pareja sentimental de la mujer grita y zarandea al pequeño y llega, incluso, a lanzarlo contra el suelo mientras el menor se queja de dolor y llora desconsoladamente. Luego se acerca al pequeño para que le de la mano y el niño, asustado, se cubre instintivamente la cabeza con las manos.
Este triste episodio tiene lugar en la Fuente Virgen de los Dolores, un sitio público donde había, al menos, otras dos personas más: una junto al niño y al compañero sentimental de su madre; y otra, la que grabó el incidente. "Si los vecinos hubiesen denunciado antes y no ahora que ya ha pasado, lo mismo se podía haber evitado. Ahora que lo han asesinado resulta que todos los vecinos lo sabían y nadie hizo nada", claman usuarios de redes sociales al ver la grabación. "Que rabia", dice otro
Y mientras este sábado el abuelo de Lucas pedía "caiga todo el peso de la ley" sobre los responsables de la muerte del niño, su hija Barbara y su actual pareja sentimental declaraban ante la autoridad judicial.
Ahora, los esfuerzos tanto de los investigadores como del juez instructor del caso, que ha decretado el secreto sobre las actuaciones que se están llevando a cabo para esclarecer las circunstancias en las que se ha producido la muerte del niño, se centran en averiguar qué papel habría desempeñado cada uno de los detenidos en la muerte del pequeño y en los motivos que habrían llevado a los asesinos de Lucas a actuar con tal crueldad.
El menor fallecido tenía sólo cuatro años y su cuerpecito, brutalmente golpeado y sin vida, apareció el pasado 3 de diciembre cerca de la media noche en una playa entre los municipios almerienses de Garrucha y Mojácar, en un antiguo cargadero de mineral.
La madre, una joven de 21 años embarazada de cinco meses, se entregaba en el cuartel de la Guardia Civil esa misma noche y los agentes del Instituto Armado detenían poco después a la pareja de la mujer.
Ambos de origen venezolano, vivían en el municipio de Vera, cerca del chiringuito en el que trabajaban y no muy lejos del lugar en el que se encontró el cadáver del menor. Si bien la mujer y el niño estaban empadronados en Garrucha, donde también residen otros familiares de la detenida y su hijo.
De hecho, fue una de las tías la que alertó en redes sociales sobre la desaparición del niño alrededor de las 19:00 horas de la tarde. Había recibido un mensaje de la madre en el que, al parecer, le informaba de que había dejado al menor, abandonado y malherido, cerca de una caseta en la playa. Aunque no sería hasta pasadas las 22:00 horas de la noche cuando comenzó la búsqueda oficial de Lucas, cuyo cadáver se encontraría alrededor de una hora más tarde.