- IGNACIO DEL CASTILLO
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El presidente culmina la remodelación de la cúpula de la 'teleco' tras un año al frente, aunque la mayoría de puestos clave siguen en manos de directivos procedentes el equipo anterior.
La salida, la pasada semana, de Laura Abasolo, la directora financiera de Telefónica -cuyas responsabilidades han sido repartidas entre Juan Azcue, responsable de Finanzas y Desarrollo Corporativo y Ernesto Gardelliano, director de Estrategia y Control-, supone uno de los cambios más importantes de la cúpula directiva de la operadora tras la llegada a la presidencia ejecutiva de Marc Murtra, el pasado 18 de enero, en la abrupta sustitución de José María Álvarez-Pallete impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez.
Y, al mismo tiempo, da la sensación también de que el relevo de Abasolo supone el final de los cambios de calado en la cúpula de la operadora en el caso de que los actuales elegidos cumplan con sus cometidos. Es decir, el equipo actual será, previsiblemente, la plantilla con la que Murtra saldrá a jugar el trofeo del desarrollo del nuevo Plan Estratégico siempre que la actualidad política y electoral le ofrezca el tiempo suficiente para llevarlo a cabo.
En términos estadísticos, el volumen de cambios ha sido muy numeroso y la llegada de personas de la máxima confianza de Murtra en la cúpula del grupo ha sido constante ya desde el primer Big Bang de cambios directivos que tuvo lugar el pasado marzo. Es el caso de Álvaro Echevarría, director de la oficina del presidente y asuntos corporativos, que sustituyó a María García Legaz. También el de Sebas Muriel, director del área digital en sustitución del polémico Chema Alonso. Y más recientemente, el de Salvador García Ruiz -que había acompañado a Murtra como director para Cataluña-, nuevo director de Comunicación y Márketing Corporativo de Telefónica, que ha sustituido al brasileño Eduardo Navarro -ahora presidente de Telefónica Brasil-, que formaba parte del círculo más íntimo de confianza de Álvarez-Pallete, como ocurría también con Chema Alonso. Un caso similar es el de José Cerdan, también muy cercano a Pallete -como Guillermo Ansaldo, que también ha dejado el grupo- que era el máximo responsable de Telefónica Tech, al que Murtra sustituyó por Sofía Collado, la antigua jefa de recursos humanos de Indra.
Pero ninguno de esos puestos están entre los que se consideran más decisivos para una compañía, ya que el sanedrín de un primer ejecutivo suele estar formado por su número dos, en este caso el CEO del grupo, el financiero y de control -que lleva los números al día- y el secretario general, el guardián de los secretos que debe revisar hasta las comas de cada acuerdo importante.
Y en esos tres casos -cuatro en esta ocasión al haberse desdoblado las funciones de Laura Abasolo en dos sucesores- los actuales responsables siguen siendo "gente de la casa de toda la vida", como señalan en la operadora.
El caso más conspicuo es el del propio Emilio Gayo, ascendido desde la presidencia de la filial de España hasta el puesto de CEO, aunque en realidad sería más bien un COO en terminología anglosajona, dado el carácter ejecutivo de la presidencia de Murtra. Gayo, que relevó a Ángel Vilá, procedía de la etapa anterior -lleva más de dos décadas en la compañía, durante las que ha pasado por todo tipo de responsabilidades- pero no se podría adscribir al círculo más cercano a Pallete, aunque éste le eligió como sucesor de Luis Miguel Gilpérez. Igual ocurre con Pablo de Carvajal, Secretario General y de Regulación, que se mantiene exactamente en el mismo cargo que desempeñaba con Pallete, habiéndose ganado la confianza de Murtra. Y lo mismo se puede decir de Marta Machicot, al frente de Personas (Recursos Humanos) que acaba de pilotar el ERE más ambicioso del grupo en años. Juan Azcue y el argentino Ernesto Gardelliano, que se han repartido las tareas de Abasolo, también son ejecutivos de larga data en Telefónica. Y la argentina Andrea Folgueiras, directora de Tecnología y Red, aunque asumió el cargo en enero, fue designada sucesora de Enrique Blanco -que se jubiló- en los últimos meses de Pallete.
La excepción a esta norma de continuidad es el caso de Borja Ochoa, el nuevo presidente de Telefóníca España. Ochoa sí es un recién llegado y de la máxima confianza de Murtra, que le trajo desde Indra, donde se había hecho cargo nada menos que de la dirección del área de Defensa. Ochoa fue el elegido para relevar a Gayo tras su ascenso a CEO. Y la filial española, aunque teóricamente está al nivel de las otras tres filiales -Brasil, Reino Unido y Alemania- es un primus inter pares, en cuanto a peso en el grupo, ya que no sólo es la mayor fuente de generación de caja, sino que la calidad del servicio entregado a particulares, empresas y Administración -de telecos, de TI y en áreas de ciberseguridad- debe ser impecable para justificar la consideración de Telefónica como compañía "estratégica".
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