Por qué María Corina Machado es un ejemplo de autoliderazgo

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"Por su incansable labor en favor de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha para lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia". Esta es la motivación que argumentó el Comité Nobel Noruego a la hora de otorgar el Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado. Un ejemplo también de "excelente autoliderazgo", clave para ser un gran referente -mundial, en este caso-, añade Juan Carlos Cubeiro, autor de Autoliderazgo (LID). Gracias a su "coherencia [piensa como actúa] y autenticidad", Machado es una líder influyente y creíble, apunta el economista, Premio Nacional de Management 2022.

Para potenciar ese autoliderazgo, elemental para poder guiar, involucrar y motivar al resto, en la oficina o en una causa social, Cubeiro propone un juego. En esta partida de Trivial sin dados ni suerte, cada quesito es un requisito indispensable.

1. Felicidad. Se obtiene al alcanzar la eudemonía, definida por Aristóteles como "la experiencia global de placer y significado, ese sentido de lo que haces, con equilibrio, como concretaba el filósofo, el coach más significativo de la Historia por ser el entrenador de Alejandro Magno, que conquistó el 90% del mundo conocido", argumenta Cubeiro, que subraya esa simetría para no caer en el puro hedonismo si solo se busca la satisfacción o en el perfeccionismo absurdo sin disfrute. Aplicado al liderazgo, como explica, "hay que pasar de los jefes, escritos con -j, a los gefes, con -g de generador de felicidad. Y esto es lo que consiguió Aristóteles con Alejandro Magno, que hizo que el estratega tuviera un equipazo de generales, de los que conocía sus nombres y sus vidas. Manejaba muy bien su imagen de emperador, pero luego era un colega que empatizaba con ellos e incluso dormía en sus tiendas de campaña. También era agradecido".

2. Responsabilidad. O la sabiduría del whakapapa, "un término maorí que resalta la conexión con los ancestros", señala Cubeiro. El experto en management detalla cómo un buen directivo debe tener compromiso con un "hilo rojo imaginario que une el pasado con el presente, lo que está en la superficie con lo más profundo". Un ejemplo muy icónico de ese tributo al legado son los All Black, la selección neozelandesa de rugby: "Se consideran herederos de quienes jugaron antes; tienen un gran sentido de continuidad de lo recibido", destaca el economista, que considera que esa responsabilidad debería aplicarse en el terreno deportivo, político y empresarial.

3. Razón de ser. Ese concepto de ikigai es una mezcla de pasión, misión, vocación y profesión, los ingredientes para sentirse vivo (tanto a nivel personal como laboral). "En la medida que reconocemos lo que amamos, nos guiamos, nos autolideramos", apunta Cubeiro.

4. Honor. Como cualidad moral que lleva al cumplimiento de los deberes, para con uno y con los demás. "Esta decencia que no se entienda como una cosa viejuna. De hecho las ganadoras del Premio Goya 2025 a Mejor Película, El 47 y La infiltrada [empate inédito], narran dos historias centradas en el honor", la de un conductor de autobús que capitanea una lucha vecinal contra el Ayuntamiento para que una línea llegue hasta su barrio y la de Aranzazu Berradre Marín, agente de la Policía Nacional que se infiltra en el entorno de ETA con una identidad falsa para derrotar a la banda terrorista.

La cuestión de honor es un consideración muy nuestra: "Está presente en la Historia de España desde Isabel la Católica, cuando no consideraba a los territorios de ultramar de segunda, sino como el resto y por eso abolió la esclavitud. En El Quijote también se argumenta bien esta esencia de la geohispanidad en el nuevo orden mundial", alega Cubeiro. Pero toda cara tiene su cruz "y se ve enturbiado por la picaresca y la envidia", pecados capitales patrios. "Ahora también sería la polarización, la falta de compromiso social...", añade Cubeiro.

Aplicado al autoliderazgo, señala la importancia de imponerse a uno mismo obligaciones, como a los demás, y de ser solidario y generoso.

5. Comunidad. Este quinto quesito queda muy bien explicado con la idea africana de ubuntu. "Soy porque somos. Si deseas ir rápido, ve solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado. No somos islas; dependemos de los demás, de un equipo", subraya Cubeiro. Lo encarna bien Nelson Mandela y la Comisión de la verdad y la reconciliación tras los crímenes del apartheid, que impulsó un nuevo país desde la templanza, la compasión y la generosidad. "En esta sociedad cada día más individualizada debemos reivindicar el estar juntos", añade.

6. Éxito. El sociólogo Malcolm Gladwell lo describe con el término tipping point, como punto de inflexión que genera ese éxito. Ese sueño americano que ahora representan empresas como Meta, Google, Amazon o Microsoft, que aprovechan el desarrollo tecnológico para dominar el mercado con espíritu innovador. Enfocado al autoliderazgo, como explica Cubeiro, "hay que transcender en términos de tamaño, conseguir que lo que haces sea escalable. Esa sana ambición de tratar de llegar a la mayor cantidad de gente posible, que las empresas que no crecen, mueren".

Como en el juego de mesa, para ganar esta partida del autoliderazgo, hace falta poseer los seis quesitos. Como María Corina Machado: "Ha roto el eje derecha-izquierda, consiguiendo una gran comunidad, y lucha porque la gente sea feliz y pueda volver a Venezuela. Además, venera el legado de los anteriores y es una persona de honor que se juega su propia vida. Su éxito, el de su gente, es un éxito mundial", resume Cubeiro.

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