Jueves, 18 de diciembre de 2025 Jue 18/12/2025
RSS Contacto
MERCADOS
Cargando datos de mercados...
Cultura

Proyecciones

Proyecciones
Artículo Completo 1,119 palabras
Tienen que ver con la idea que te has hecho de ti y con lo que esperas del mundo. Son como una máscara que le pones al mundo. Hacen que el mundo tarde un poco más en entregársete. Qué palabra. Déseme el tiempo, y las circunstancias, de volverla a escribir. Lo más interesante de este mecanismo es que requiere un prójimo. Tú le prestas al mundo tus orejas para que se ajuste la máscara.No tengo convicciones muy firmes sobre las proyecciones. Escribo aquí para ver qué me dicen. Algo desconcertante es que en el uso psicoanalítico el verbo es por fin intransitivo. ‘Proyectar’, entonces, no exige un qué. Pero en ese caso qué son las piedras que arroja el que esté libre de pecado. Esas piedras sí que son objetos directos.La idea que tenemos de nosotros vista como un espejo puesto del revés. La furia de Calibán que se mira y se reconoce en el espejo, tal y como aparece en el prólogo de Dorian Gray, es un ejemplo notorio de proyección, que se rehace inmediatamente después, cuando Calibán no se reconoce en el espejo. Julieta Capuleto proyecta en una flor.La proyección es necesitar a otro que nos enseñe la ropa que podemos ponernos. Otra persona que nos explica nuestro armario. La proyección es ver en los demás lo que nos cuesta reconocer en nosotros. Pensamos en las proyecciones como en telas de araña que se nos han ido adhiriendo al cuerpo a medida que avanzamos por esta fronda casual. Lo que no parece tan fácil es tener una personalidad pura, y nos la vamos construyendo a favor o en contra de las cosasParece que ya desde pequeños nos lanzamos a proyectar sin poder evitarlo. Lo que no parece tan fácil es tener una personalidad pura, y nos la vamos construyendo a favor o en contra de las cosas. Pero bien: eso significa que no estamos tan aislados y que quien dice que no le debe nada a nadie no se ha enterado de nada. Imaginar lo que se espera de ti es proyectar. Picar en esa gran trampa es proyectar. Exigirse demasiado es una forma de proyección y tumbarse a la bartola lo es también. Nuestra sociedad puede verse como una gran urdimbre de proyecciones que han resultado útiles.Hay quien analiza las novelas como si fueran proyecciones de sus autores. ¿Y no serán proyecciones de sus lectores? Que solo percibimos lo que ya está en nosotros es una idea muy antigua que época a época se va poniendo al día. ¿Qué viene entonces a decirnos ahora esta sensación de que se está acabando el mundo ? Mientras convoco las siguientes frases cojo el libro que tengo más a mano, que es la antología de poemas de Simon Armitage 'Avión de papel', y juro que el primer verso en el que he puesto los ojos dice: «The future was a beautiful place, once» («El futuro fue hermoso en su momento», traduce Jordi Doce para Impedimenta). La alta frecuencia de las sincronicidades es uno de los síntomas del cambio de época.¿Quién y por qué dice que se está acabando el mundo? ¿Cuántas veces antes, en cuántos escenarios distintos, en el borde de cuántos precipicios anteriores, se ha dicho eso ? Y sin embargo, qué nueva nos parece ahora esta sensación, la de estar despidiéndonos de todo lo que conocíamos. Tan nueva nos parece que no sabemos cómo comportarnos. Es lo único nuevo que queda a la vista. La pérdida del código asusta. Hay quien se entrega a la melancolía , hay quien se enrabieta o se queda paralizado, hay quien se arrepiente de cómo ha vivido hasta el momento, hay quien echa la culpa a los demás. Por supuesto hay quien se alegra del desplome final, porque está harto de este tono o porque sospecha que, si todo cambiara, también él podría volver a empezar. Pero no saber cómo reaccionar ante una situación de naturaleza desconocida es la historia de la humanidad y es la más asentada circunstancia.Y a propósito del fin del mundo tal y como lo conocíamos: ¿habrán tenido algo que ver las proyecciones, despendoladas, de todas las personas que participaban en él? Cuando uno empieza a pensar en esos términos psicológicos, todo el mundo se vuelve agente doble. Un mundo de paranoia , de haces de luz cruzados y de indicaciones contradictorias. Por cansancio es por lo que se renuncia a él y con las piedras arrojadas se levantarán los nuevos muros.Inteligencia artificialY a propósito del prójimo que necesito para que lo que no reconozco en mí pueda mostrárseme: su elección no es voluntaria (se parece en eso a la familia. A veces se dice que los amigos son la familia elegida, aunque nunca se dice que los familiares sean una amistad impuesta). Tampoco es una elección consciente, y se hace sobre una muestra limitada. Tiene nombre de operación regia, tiene incluso forma de haz como los mantos que se arrastran, pero es un modesto sistema de engaños. Un nuevo 'sparring' ha aparecido para cargar con las proyecciones humanas. Es la inteligencia artificial, en un extremo e inédito juego de abismación, porque no tiene características propias que pudiesen parecernos deslumbrantes, odiosas o envidiables. ¿Cómo es posible que estemos proyectando sobre ella nuestras limitaciones y nuestras potencias?Pero una proyección es también una película, así que ahora echaremos mano de un libro de cine, que va a ser 'Tiempo de vivir, tiempo de revivir', las conversaciones de Antonio Drove con Douglas Sirk que publicó hace tiempo Athenaica, y por supuesto el azar de abrir una página nos proporciona un nuevo ejemplo. Dice el director alemán-americano: «Mira, mucha gente en la vida, y en mis películas también, ha perdido algo, por ejemplo en ‘Su gran deseo’, con Barbara Stanwyck, ella ha perdido su vida tratando de ser una persona distinta de la que es».

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Tienen que ver con la idea que te has hecho de ti y con lo que esperas del mundo. Son como una máscara que le pones al mundo. Hacen que el mundo tarde un poco más en entregársete. Qué palabra. Déseme el tiempo, y las ... circunstancias, de volverla a escribir. Lo más interesante de este mecanismo es que requiere un prójimo.

Tú le prestas al mundo tus orejas para que se ajuste la máscara.

No tengo convicciones muy firmes sobre las proyecciones. Escribo aquí para ver qué me dicen. Algo desconcertante es que en el uso psicoanalítico el verbo es por fin intransitivo. ‘Proyectar’, entonces, no exige un qué. Pero en ese caso qué son las piedras que arroja el que esté libre de pecado. Esas piedras sí que son objetos directos.

La idea que tenemos de nosotros vista como un espejo puesto del revés. La furia de Calibán que se mira y se reconoce en el espejo, tal y como aparece en el prólogo de Dorian Gray, es un ejemplo notorio de proyección, que se rehace inmediatamente después, cuando Calibán no se reconoce en el espejo. Julieta Capuleto proyecta en una flor.

La proyección es necesitar a otro que nos enseñe la ropa que podemos ponernos. Otra persona que nos explica nuestro armario. La proyección es ver en los demás lo que nos cuesta reconocer en nosotros. Pensamos en las proyecciones como en telas de araña que se nos han ido adhiriendo al cuerpo a medida que avanzamos por esta fronda casual.

Lo que no parece tan fácil es tener una personalidad pura, y nos la vamos construyendo a favor o en contra de las cosas

Parece que ya desde pequeños nos lanzamos a proyectar sin poder evitarlo. Lo que no parece tan fácil es tener una personalidad pura, y nos la vamos construyendo a favor o en contra de las cosas. Pero bien: eso significa que no estamos tan aislados y que quien dice que no le debe nada a nadie no se ha enterado de nada.

Imaginar lo que se espera de ti es proyectar. Picar en esa gran trampa es proyectar. Exigirse demasiado es una forma de proyección y tumbarse a la bartola lo es también. Nuestra sociedad puede verse como una gran urdimbre de proyecciones que han resultado útiles.

Hay quien analiza las novelas como si fueran proyecciones de sus autores. ¿Y no serán proyecciones de sus lectores? Que solo percibimos lo que ya está en nosotros es una idea muy antigua que época a época se va poniendo al día. ¿Qué viene entonces a decirnos ahora esta sensación de que se está acabando el mundo? Mientras convoco las siguientes frases cojo el libro que tengo más a mano, que es la antología de poemas de Simon Armitage 'Avión de papel', y juro que el primer verso en el que he puesto los ojos dice: «The future was a beautiful place, once» («El futuro fue hermoso en su momento», traduce Jordi Doce para Impedimenta). La alta frecuencia de las sincronicidades es uno de los síntomas del cambio de época.

¿Quién y por qué dice que se está acabando el mundo? ¿Cuántas veces antes, en cuántos escenarios distintos, en el borde de cuántos precipicios anteriores, se ha dicho eso? Y sin embargo, qué nueva nos parece ahora esta sensación, la de estar despidiéndonos de todo lo que conocíamos. Tan nueva nos parece que no sabemos cómo comportarnos. Es lo único nuevo que queda a la vista. La pérdida del código asusta.

Hay quien se entrega a la melancolía, hay quien se enrabieta o se queda paralizado, hay quien se arrepiente de cómo ha vivido hasta el momento, hay quien echa la culpa a los demás. Por supuesto hay quien se alegra del desplome final, porque está harto de este tono o porque sospecha que, si todo cambiara, también él podría volver a empezar. Pero no saber cómo reaccionar ante una situación de naturaleza desconocida es la historia de la humanidad y es la más asentada circunstancia.

Y a propósito del fin del mundo tal y como lo conocíamos: ¿habrán tenido algo que ver las proyecciones, despendoladas, de todas las personas que participaban en él? Cuando uno empieza a pensar en esos términos psicológicos, todo el mundo se vuelve agente doble. Un mundo de paranoia, de haces de luz cruzados y de indicaciones contradictorias. Por cansancio es por lo que se renuncia a él y con las piedras arrojadas se levantarán los nuevos muros.

Y a propósito del prójimo que necesito para que lo que no reconozco en mí pueda mostrárseme: su elección no es voluntaria (se parece en eso a la familia. A veces se dice que los amigos son la familia elegida, aunque nunca se dice que los familiares sean una amistad impuesta). Tampoco es una elección consciente, y se hace sobre una muestra limitada. Tiene nombre de operación regia, tiene incluso forma de haz como los mantos que se arrastran, pero es un modesto sistema de engaños. Un nuevo 'sparring' ha aparecido para cargar con las proyecciones humanas.

Es la inteligencia artificial, en un extremo e inédito juego de abismación, porque no tiene características propias que pudiesen parecernos deslumbrantes, odiosas o envidiables. ¿Cómo es posible que estemos proyectando sobre ella nuestras limitaciones y nuestras potencias?

Pero una proyección es también una película, así que ahora echaremos mano de un libro de cine, que va a ser 'Tiempo de vivir, tiempo de revivir', las conversaciones de Antonio Drove con Douglas Sirk que publicó hace tiempo Athenaica, y por supuesto el azar de abrir una página nos proporciona un nuevo ejemplo. Dice el director alemán-americano: «Mira, mucha gente en la vida, y en mis películas también, ha perdido algo, por ejemplo en ‘Su gran deseo’, con Barbara Stanwyck, ella ha perdido su vida tratando de ser una persona distinta de la que es».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Escucha todos los capítulos del podcast de Historia de ABC

«¿Por qué pensamos en cosas que luego ocurren? Hay expertos en neurociencia que aseguran que la conciencia puede estar fuera del cerebro»

iPhone 16 Pro en Back Market: ahorro y calidad en tu próximo smartphone

Fuente original: Leer en ABC - Cultura
Compartir