Carles Puigdemont ha finalizado, sin éxito, el casting para designar al candidato de Junts a la Alcaldía de Barcelona. Retirado definitivamente Xavier Trias -que ganó las últimas municipales, pero fue privado de la vara de mando por la alianza constitucionalista que permitió investir al socialista Jaume Collboni-, el prófugo lleva meses sondeando a perfiles de peso político y mediático para encabezar la lista neoconvergente a la capital catalana en 2027. Según fuentes de la dirección de Junts, todos los consultados han rechazado su ofrecimiento, lo que le ha obligado a conformarse con Josep Rius, portavoz y vicepresidente del partido y ya edil en el consistorio barcelonés, además de miembro de su núcleo de confianza desde que se fugara de España en 2017.
Puigdemont ofreció la cabeza de lista a Joaquim Forn, primer teniente de alcalde durante el mandato de Trias y consejero de Interior del Govern de la Generalitat durante el referéndum independentista del 1-O. Miembro de la antigua Convergència y gran conocedor de la ciudad, su perfil hubiera permitido dar continuidad a la apuesta que llevó a Trias a convertirse en alcaldable en 2023, pero Forn ha declinado cuantas ofertas ha recibido para regresar a la política desde que fuera indultado en 2021, y también esta última.
Puigdemont intentó, entonces, tantear al ex presidente de la Generalitat, Artur Mas, en una operación similar a la que condujo a Trias a regresar de su retiro político para optar a la Alcaldía de la Ciudad Condal. Pero el padre del procés tampoco aceptó el ofrecimiento del líder de Junts que, según fuentes del partido, se realizó de forma indirecta dada la fría relación existente entre los dos mandatarios: Mas nunca ha querido dar el paso de convertirse en militante de Junts.
Según fuentes neoconvergentes, Puigdemont tentó a Mas para cubrirse las espaldas. «Si el resultado de las próximas municipales es malo, siempre podrá culparlo de no haber aceptado la responsabilidad de ser candidato», reflexionan estas mismas voces.
Puigdemont exploró entonces a un conocido miembro de la sociedad civil independentista: Tatxo Benet, fundador y ex presidente de Mediapro. También sin suerte. «Hasta el último momento ha buscado a alguien de fuera, porque ningún miembro del partido es de su gusto; no confía en ninguno como aspirante», relatan fuentes de la formación heredera de Convergència.
Agotadas las opciones externas, Puigdemont tuvo que ceñirse a los miembros del actual grupo municipal de Junts en el Ayuntamiento de Barcelona. Dos eran los aspirantes en liza: Rius y Jordi Martí, escudero de Trias desde tiempos inmemoriales y su preferido para relevarlo. Pero no el de Puigdemont.
Evitar el "ruido" de unas primarias
El presidente de Junts ya ha decidido que Rius será su candidato a Barcelona en 2027. «No le entusiasma, pero es un hombre de su confianza», resumen fuentes del partido secesionista a este diario. «Eligiéndolo, asume que obtendrá como máximo cinco concejales [Trias logró 11 hace dos años]», añaden las mismas voces.
Puigdemont pretende que la designación se produzca antes de finalizar la Navidad y su objetivo ahora es evitar que Martí también presente candidatura y tengan que celebrarse unas primarias que someterían a la formación a «un ruido externo» no deseado. Pero, por el momento, Martí «mantiene el pulso», avisan desde el seno de Junts.