Saturday, 06 de December de 2025
Política

¿Qué pasado guía el futuro de la derecha?

¿Qué pasado guía el futuro de la derecha?
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"Pocos favores se le podrían hacer al franquismo como asimilarlo a la experiencia de una vivienda asequible y unos barrios seguros" Leer

¿Qué pasado reivindican las derechas españolas? Plantear esta pregunta no tiene nada de excepcional. Un conservador suele querer conservar algo, y por ello necesita tener una idea acerca de qué aspectos del pasado desea preservar o recuperar. Y si bien es cierto que ni el PP -con su corriente liberal- ni Vox -con sus rasgos nacionalpopulistas- son partidos homogéneamente conservadores, está claro que tienen elementos del conservadurismo moderno que arranca con Burke y DeMaistre.

El problema es que, desde hace tiempo, lo que se suele entender en España por «debates sobre el pasado» resulta muy limitado. Se suele ceñir a las disputas sobre la Segunda República, la Guerra civil, el franquismo y la Transición, o sobre la conquista de América y el Imperio español, o sobre los relatos históricos de los nacionalismos catalán y vasco. Esto hace que a menudo pasemos por alto visiones del pasado que resultan menos polémicas, pero que también pueden tener un impacto político. Que pueden influir, por ejemplo, en la relación entre PP y Vox en un futuro e hipotético Gobierno. Los de Feijóo, por ejemplo, llevan años reivindicando -volvieron a hacerlo en la manifestación del domingo- un regreso a la España pre-sanchista. La vuelta a un tiempo en el que, según su discurso, el Gobierno respetaba la separación de poderes, entendía que su obligación era unir y no polarizar, asumía que con partidos como Bildu no se podía pactar y que con demandas como la del concierto catalán no se podía transigir, y, en general, se conducía con mayor escrúpulo y sentido de Estado que el que se ha visto en los últimos años. Los de Abascal, por su parte, llevan tiempo reivindicando un regreso a la «España feliz de los toldos verdes», ese país -según su discurso- en el que la vivienda era asequible, los barrios eran seguros y los vínculos eran fuertes. Este es el mensaje con el que, como exponía ayer este diario, Vox está atrayendo a cada vez más votantes de clase media-baja.

Podemos pensar que estos dos pasados no son incompatibles, pero tampoco son asimilables. Para empezar, hablan de etapas distintas: la historia que cuentan los populares se ciñe a la España de la democracia, mientras que Vox también habla sobre los años 50-60 -sin que quepa por ello caer en el reduccionismo de considerarlo un discurso franquista; pocos favores se le podrían hacer al franquismo como asimilarlo a la experiencia de una vivienda asequible y unos barrios seguros-. Al mismo tiempo, no pretende ofrecer una enmienda solo a las políticas del PSOE, sino también a las del PP en comunidades como la madrileña. Y se plantean tensiones importantes a la hora de valorar, por ejemplo, los años de gobierno de Aznar: ¿pesa más la construcción de viviendas de aquellos años, o el hecho de que fuera una etapa en la que entraron en España millones de inmigrantes? La lectura del pasado de estos partidos no tiene que ver sólo con lo que se suele denominar «memoria histórica»; también en cuestiones de política institucional, de vivienda o migratoria, sigue abierta la pregunta de qué pasado guiará el futuro de las derechas.

Fuente original: Leer en El Mundo - España
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