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Rusia pretende levantar una planta nuclear en la Luna en diez años para liderar la 'Guerra de las Galaxias' del siglo XXI

Rusia pretende levantar una planta nuclear en la Luna en diez años para liderar la 'Guerra de las Galaxias' del siglo XXI
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En las últimas décadas Moscú se ha quedado atrás respecto a otras potencias como EEUU o China y por la entrada de empresas privadas como SpaceX. Más información: La NASA ultima los detalles del lanzamiento de Artemis II: los astronautas completan un simulacro de la cuenta atrás

Render de la NASA del proyecto Artemis II, con el que EEUU quiere también instalar un reactor nuclear en la Luna. NASA

Europa Rusia pretende levantar una planta nuclear en la Luna en diez años para liderar la 'Guerra de las Galaxias' del siglo XXI

En las últimas décadas Moscú se ha quedado atrás respecto a otras potencias como EEUU o China y por la entrada de empresas privadas como SpaceX.

Más información: La NASA ultima los detalles del lanzamiento de Artemis II: los astronautas completan un simulacro de la cuenta atrás

Publicada 26 diciembre 2025 02:11h

Las claves nuevo Generado con IA

Rusia planea construir una planta de energía nuclear en la Luna para 2036, con el objetivo de liderar la nueva carrera espacial del siglo XXI.

El proyecto será desarrollado por Roscosmos junto a la corporación nuclear Rosatom y el Instituto Kurchatov, y busca alimentar el programa lunar ruso y la futura Estación de Investigación Lunar Internacional con China.

Estados Unidos y China también compiten por establecer bases y reactores nucleares en la Luna, impulsando una nueva rivalidad espacial con implicaciones tecnológicas, económicas y militares.

La Luna es vista como un recurso estratégico por el helio-3, metales de tierras raras y agua helada, elementos clave para la exploración y dominio espacial futuro.

Rusia levantará en la Luna una planta de energía nuclear en 10 años. Un megaproyecto faraónico con el que no solo aspira a volver a ser la gran potencia espacial que fue la URSS, sino también a liderar la "Guerra de las Galaxias" del siglo XXI.

Moscú se enorgullece a menudo de ser una potencia líder en la exploración espacial. Sin embargo, es una imagen más construida sobre la nostalgia que sobre hechos actuales, evocando al cosmonauta soviético Yuri Gagarin, el primer ser humano en viajar al espacio en 1961, y los tiempos en que la URSS competía con EEUU por tomar la delantera en su programa espacial.

Lo cierto es que, en las últimas décadas, Rusia se ha quedado atrás de Estados Unidos y, cada vez más, de China en la exploración espacial. Además, han entrado con fuerza otros actores en la investigación espacial, como Japón, Europa o India, e incluso la iniciativa privada está realizando inversiones multimillonarias, especialmente con la llegada de SpaceX, la empresa de Elon Musk.

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Las ambiciones de Rusia sufrieron un duro golpe en agosto de 2023, cuando su misión no tripulada Luna-25 se estrelló contra la superficie del satélite natural de la Tierra mientras intentaba aterrizar, mientras que Musk revolucionó el lanzamiento de vehículos espaciales, que una vez fue una especialidad rusa.​

Ahora, la corporación espacial estatal rusa Roscosmos informó en un comunicado de que planea construir una planta de energía en la Luna para 2036, para lo que ha firmado un contrato con la compañía aeroespacial Asociación Lavochkin.​

Aunque Roscosmos no señaló explícitamente que la planta sería de energía nuclear, sí indicó que entre los participantes de este proyecto se encuentran la corporación nuclear estatal rusa Rosatom y el Instituto Kurchatov, el principal instituto de investigación nuclear de Rusia.

El objetivo de esta planta será alimentar el programa lunar de Rusia, incluidos los exploradores, un observatorio y la infraestructura de la futura Estación de Investigación Lunar Internacional que compartirá con China.

"El proyecto es un paso importante hacia la creación de una estación lunar científica que funcione permanentemente y la transición de misiones únicas a un programa de exploración lunar a largo plazo", subrayó Roscosmos.

El jefe de la corporación espacial estatal rusa, Dmitry Bakanov, ya reconoció el pasado junio que uno de los objetivos de la agencia era construir una planta de energía nuclear en la Luna y explorar Venus.

EEUU también mira a la Luna

Rusia no es la única potencia con tales planes. En agosto, la NASA declaró también su intención de levantar un reactor nuclear en la Luna para el primer trimestre de 2030.

"Estamos en una carrera hacia la Luna , en una carrera con China hacia la Luna. Y para tener una base en la Luna, necesitamos energía", declaró entonces el secretario de Transporte de Estados Unidos, Sean Duffy.

Añadió que la energía nuclear era esencial para que la vida se mantuviera en la Luna y, de ahí, que los humanos lleguen a Marte.

Aunque las normas internacionales prohíben colocar armas nucleares en el espacio, no existe prohibición alguna sobre crear fuentes de energía nuclear, siempre y cuando se respeten ciertas reglas.

Además de este reactor nuclear, la Administración Trump planea volver a pisar la Luna con astronautas y usarla como plataforma de poder frente a China desplegando allí capacidades militares avanzadas.

Su nueva directriz espacial fija como objetivo que Estados Unidos vuelva a alunizar con una misión tripulada en 2028.

Esa misma estrategia plantea levantar un "puesto avanzado" o base lunar permanente hacia 2030, ligado al programa Artemis II pero con un giro claro: mayor protagonismo del sector privado (especialmente SpaceX) y un fuerte componente de supremacía estratégica frente a China y Rusia, no solo de exploración científica.

El proyecto Artemis II de la NASA contempla un búnker impreso en 3D en la Luna. NASA

En paralelo, Trump vincula estos planes lunares a una visión de "superioridad espacial" más amplia, con un presupuesto de Defensa récord y una creciente militarización del entorno cislunar.

La idea es que la Luna sea no solo un laboratorio hacia Marte, sino el núcleo de una nueva arquitectura de poder militar, económico y tecnológico, en la que Estados Unidos mantenga la delantera frente al avance acelerado del programa espacial chino, que también se ha marcado objetivos de alunizaje tripulado y base en el polo sur hacia 2030.

Una fiebre del oro lunar

Algunos analistas espaciales han pronosticado una especie de fiebre del oro lunar.

La NASA estima que el satélite esconde un millón de toneladas de helio-3, un isótopo de helio raro en la Tierra .

Los metales de tierras raras, utilizados en teléfonos inteligentes, computadoras y tecnologías avanzadas, también están presentes en la Luna, incluidos el escandio, el itrio y los 15 lantánidos, según una investigación de Boeing.

Imagen del lado oculto de la Luna. NASA

Contiene además agua helada en cráteres del polo sur, clave para producir oxígeno y combustible in situ, lo que abarata enormemente futuras misiones tripuladas y permite usarla como "gasolinera" y taller para ir más lejos en el espacio.

También es un punto de ventaja geopolítica y militar: desde la Luna se pueden probar sistemas de comunicaciones, vigilancia y navegación que dan ventaja sobre la Tierra, y quien tenga una presencia estable allí podrá influir en las normas y reglas del uso del espacio en las próximas décadas.

Por eso, Estados Unidos, China, Rusia y cada vez más empresas privadas la ven como un "campo de pruebas” donde se decidirá parte del liderazgo tecnológico, económico y político del siglo XXI.

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    Fuente original: Leer en El Español
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