Sunday, 14 de December de 2025
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«Una pareja que, después de diez años, se sigue besando de manera prolongada cuenta con un vínculo muy potente»

«Una pareja que, después de diez años, se sigue besando de manera prolongada cuenta con un vínculo muy potente»
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«Es importante cultivar el beso porque ofrece un máximo de bienestar con un mínimo de esfuerzo», señala en esta entrevista monográfica sobre este acto tan fascinante como misterioso

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Francisco Cabello atiende a SUR para esta entrevista en en la consulta de su clínica, ubicada en la Alameda Principal. Migue Fernández «Una pareja que, después de diez años, se sigue besando de manera prolongada cuenta con un vínculo muy potente»

«Es importante cultivar el beso porque ofrece un máximo de bienestar con un mínimo de esfuerzo», señala en esta entrevista monográfica sobre este acto tan fascinante como misterioso

Matías Stuber

Domingo, 14 de diciembre 2025, 00:37 | Actualizado 00:57h.

... física y sensual. Dos personas dialogan y se entrelazan durante varios minutos, hasta que sienten que se están volviendo locos. Los besos en la mejilla son más bien un ritual fraternal. En las relaciones largas se asiste a la disminución del beso. Llega un momento en el que recuerda más al acto de pegar un sello que a una muestra de afecto.

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Por eso besar es tan interesante en las relaciones: es íntimo, pero también mucho más complejo de lo que puede parecer. Al menos, es lo que se desprende tras un encuentro con Francisco Cabello (Málaga, 1958). Este médico es uno de los expertos más reconocidos a nivel internacional en el área de la sexología. Su opinión es solicitada en conferencias por todo el mundo. Después de más de 60 minutos de conversación, el misterio que rodea al beso lo es ahora un poco menos.

El beso, cuando aparece como una gran sinfonía, silencia todo lo que hay a su alrededor. Queda claro que un beso para enmarcar debería empezar lentamente. Luego ya entraría en juego la lengua y el ritmo se acelera. El beso se transforma así en una experiencia infinitamente intensa. Besar a otra persona puede ser una gran fuente de alegría. El beso también es fascinante porque es binario. No existe el besarse solo. Es una forma de comunicación única. Lo que se dice con un beso no se puede verbalizar. Esto significa, al mismo tiempo, que si dejamos de besar renunciamos a una forma específica de comunicarnos.

Desde luego, no es el afán de esta entrevista monográfica sobre un acto tan fascinante como misterioso. Más bien lo contrario.

–¿Recuerda su primer beso ?

–Sí, perfectamente. En los tiempos de mi generación, el primer beso se recuerda bastante bien porque era un hito importante. Era un salto hacia una vinculación y no hacia una experiencia erótica. Yo nací en 1958 y mi primer beso lo di con 13 años, en un parque. Si tú preguntas a jóvenes de ahora por su primer beso, es muy probable que no lo recuerden. No lo recuerdan por dos motivos. Porque ese beso ya no es un beso iniciático sino es un paso para una relación sexual más compleja. No es el beso para una futura relación, como lo era antes. Luego pasa otra cosa. Como ese primer beso se da, cada vez más bajo la influencia de tóxicos y la experiencia no es buena, el efecto disociativo es mucho mayor.

–¿Qué información da la manera en la que se besan dos personas?

–Más que información da mucha profundidad bioquímica. El beso no tiene importancia fisiológica en cuanto a sabor, tiene un poco de relevancia en cuanto a tacto, pero tiene muchísima importancia en cuanto a olor. En el momento en el que mojamos las mucosas desplegamos un olor y ese olor conecta con nuestro sistema de respiración. Yo, a lo largo de mi memoria, voy acumulando memorias de placer. Entre ellas, muchos olores. Entonces, cuando alguien huele de una manera concreta, se activa mi sistema de recompensa. Acto seguido, se libera dopamina y norepirefrina, que es la encargada de abrir los canales de memoria. Ese olor, inconscientemente, por decirlo así, me conecta con otros olores interesantes para mí y activa la respuesta. Por eso el olfato es fundamental en el beso. Es lo que llamamos quimioseñales de impacto.

–Si el buen beso es como una sinfonía, ¿cómo debería desarrollarse?

–Un beso, siendo una buena sinfonía, incluye todos los instrumentos y que éstos estén bien afinados. El beso debería tener una parte de contacto. Nuestros labios son hipersensitivos. Debería tener una parte de humedad y el contacto de la lengua, que va a permitir esa efusión de olor. Cuando besamos, estamos moviendo 34 músculos de la cara y 112 del cuerpo. A esto hay que añadirle la parte cognitiva de que el beso, en nuestro contexto europeo, es una situación iniciática de algo importante.

–Primero besos largos y cuasi eternos. Después de unos años, un pequeño besito que recuerda más a estampar un sello. ¿Qué pasa con el beso en una relación de larga duración?

–En una relación de larga duración, va disminuyendo porque el beso tiene un papel fundamental como elemento iniciático y de creación de intimidad. Si ya hay confianza, el beso va a ser más corto, va a ser el botón de salida de la respuesta hacia otra cosa.

–¿Hay relaciones en las que el beso resiste?

–Las hay, claro. El beso es muy importante porque es sumamente gratificante desde el punto de vista psicológico y neurobiológico. La función histórica del beso es la vinculación. Es recomendable cultivar el beso, por supuesto.

–Entonces, ¿podemos concluir que el beso es un elemento muy interesante para analizar a las parejas?

–Eso es cierto. Las parejas con besos más prolongados tienen una mayor calidad de intimidad. Una pareja que, después de diez años, se sigue dando besos largos cuenta con un vínculo potente.

–El beso es algo binario. Solo se puede hacer entre dos personas.

–Besarse a sí mismo es complicado. El beso no es como otras expresiones del sexo, que se pueden compartir en grupo. El beso es lo que es. Contacto de labios, reconocimiento y aprecio. El beso también significa, en cierta medida, sumisión y que yo aporto algo al otro. Es lo que pasa, por ejemplo, con los bonobos. Si tienen una pelea y se arreglan, luego se besan. Y los bonobos se diferencian de nosotros a nivel genético en un 1,6%. Nada más. El beso es la puerta de entrada fundamental para el vínculo. La gente que tiene un vínculo seguro, que son las mejores relaciones de pareja, se besa más. Además, tiene sexo, más frecuentemente, si son heteros, en postura misionero. ¿Por qué? Porque así pueden estar cara a cara. La gente que siente mucho apego hacia el otro y tiene un vínculo muy fuerte se besa durante el sexo. La gente que tiene un apego evitativo acusa prácticas sexuales que no implican tanto contacto cara a cara.

–El beso puede ser una experiencia muy agradable, pero también puede ser bastante desagradable.

–Todo depende de tu percepción y de tus expectativas previas. También depende de una parte biológica. De si el olor que desprenden las mucosas de esa boca resulta desagradable o no. Por ejemplo, los esquimales no se besan porque se les pegaría la lengua, pero se huelen las mejillas y los labios. Ya hemos dicho antes que el olor impregna nuestro sistema de recompensa. En parte, estamos predeterminados para elegir que ciertas características odoríficas nos gusten más que otras.

–Para besar, acercamos la boca, los labios… Es decir, algunas de las partes más íntimas del cuerpo.

–La boca, los labios… y si nos vamos al beso francés, pues entra en juego la lengua y entramos en un nivel, obviamente, superior. Besar es un compartir muy intenso de la intimidad porque la otra persona pierde su espacio totalmente.

Vinculación

«Las parejas con besos más prolongados tienen una mayor calidad de intimidad»

–¿Cuántos segundos al día se debería besar una pareja para mantener ese sentimiento de vínculo?

–Hombre, no sé cuántos segundos, pero sí está claro que una pareja que quiera mantener la intimidad la tiene que cultivar. Entonces, para cultivar la intimidad, al igual que las macetas se riegan, hay que cultivar el beso. Qué mínimo que besar a tu pareja cada vez que la veas.

–¿Diez segundos mínimo dos veces al día, por decir algo?

–No sé si se ha medido un tiempo mínimo. Lo que sí te puedo decir es que muchas agencias de seguros de salud en Estados Unidos, en una de las preguntas que hacen, quieren saber cuántas veces al día besas a tu pareja en la boca. Tienen muy contrastado que los integrantes de una pareja que besan mucho enferman menos y tienen menos dolores de cabeza. En una mayor armonía, todo fluye mejor.

–¿La ausencia de besos es una señal de alarma clara en un pareja?

–En nuestra cultura, claro. Significa que la intimidad se está perdiendo. El beso, vuelvo a decir, es la puerta de entrada a la intimidad. Tú puedes tener una relación sexual coital que puede ser una relación de descarga. Pero si implicas el beso, estamos hablando de una relación con predominio de intimidad. Una relación de pareja psicológicamente estable cuenta con tres componentes: pasión, intimidad y compromiso.

–Envejecer también conlleva el declive corporal. ¿La estética del beso se pierde con la edad?

–¡La respuesta tiene que ser un no rotundo! Las personas que mantienen el beso con la edad también mantienen perfectamente la intimidad. Preservar el beso como actividad repercute en un mejor estado de salud.

–Pero parece que morrearse como un adolescente con 60 ya no pega.

–Eso no le pegará a los adolescentes... Es perfectamente viable que personas de 60 años se den besos de manera intensa. La necesidad de ser abrazado y besado no desaparecen con la edad.

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Francisco Cabello es uno de los expertos más reconocidos a nivel internacional en el área de la sexología. Migue Fernández

¿Por qué algunas personas mayores se tapan la cara cuando ven un beso prolongado en la televisión?

–Ahí pasa una cosa muy simple y se llama franquismo. A ver, la palabra sexo no estaba en el diccionario, todo lo relacionado con el sexo estaba mal, había que ir a misa permanentemente, la sección femenina daba las recomendaciones pertinentes… El franquismo fue algo demoledor para la sexualidad. Por ello, la gente mayor, cuando habla de sexo, presume de que no lo tiene. Porque lo correcto era no tenerlo. Eso explica que muchas mujeres mayores sienten una vergüenza total cuando aparece una escena erótica y hay alguien delante.

–¿Besar es algo natural, es inherente al ser humano?

–En un principio, sí. Es una forma de mostrar cariño que, evolutivamente, procede del proceso de limpieza o del proceso premasticatorio. El amor romántico es un salto evolutivo del amor maternal. Eso lo afirmaba nuestro querido Darwin.

–¿Cuál es la relación del beso con el sexo?

–En nuestro mundo occidental es el aporte inicial. Cuando una persona se besa, inmediatamente se activa todo el circuito de recompensa en nuestro cerebro. Es lo mismo que el estímulo de cualquier otra parte erógena.

–Pienso en el beso fraternal socialista entre compañeros o el beso que le da una madre a su hijo cuando va a dormir por la noche. ¿El mosaico de significados de un beso puede ser cuasi eterno?

–Desde luego… Los romanos, por ejemplo, clasificaban los besos en tres tipos. Beso de saludo, beso de respeto y beso suavium, que era el más erótico y apasionado.

Relación sexual

«Las personas que tienen un vínculo muy fuerte se besan durante la relación sexual»

–¿Cuándo se inventó el beso?

–Ya aparecen textos en los Vedas hindúes. También parece que nuestros parientes neandertales ya se besaban. La evolución del beso se ve claramente en los simios.

–¿Qué le pasaba a Sigmund Freud con el beso? Lo describe como algo poco romántico y que había que evitar.

–El amigo Sigmund tenía sus cosillas. Él solo profesaba amor a su perro. Dicen cosas muy interesantes sobre él. Sus adeptos aseguran que aprendió castellano solo para leerse 'El Quijote'. Lo cierto es que hoy día todas las interpretaciones de Freud no tienen evidencia científica. Tal es así que en la malla curricular de la Psicología, el psicoanálisis aparece ya solo como una optativa en la mayoría de las facultades. Freud se estudia mucho más en las facultades de Filosofía.

–¿Podríamos concluir que Freud, en realidad, celebraba ser un ermitaño sexual?

–Sí, sí… Él todas las interpretaciones que hacía del sexo eran conclusiones que sacaba de experimentarlo bajo la influencia del consumo de cocaína. Una de sus afirmaciones básicas es la de que la mejor forma de expresar el deseo es la de eliminar el asco. Al beso, él le da un componente de asco. Y, claro, superar el asco es el paso previo para tener una relación sexual flagrante. De hecho, el asco es lo que regula la expresión del instinto sexual. La gente más sexualmente activa es la que tiene menos expresión de asco corporal.

–¿Hay algo de revolucionario en el beso?

–Yo pienso que no. La revolución del beso vino con el romanticismo. Fue cuando se le dio más variabilidad a la expresión del beso. Cuando llega el romanticismo, el beso se alarga. A ello también ha contribuido mucho el cine.

–¿Deberíamos besar más?

–Mucho más. El riesgo de transmisión de infecciones a través del beso es mínimo. Sin embargo, las muestras de afecto y la gratificación son máximas. Y, sobre todo, lo que implica en cuanto a intimar con otras personas. Si Sánchez y Feijóo se besaran, probablemente, se llevarían bastante mejor. Es conveniente cultivar el beso porque la estabilidad psicológica es mejor.

–¿Por qué cerramos los ojos cuando besamos?

–Porque nos concentramos más en el placer. Fíjate, eso tiene un pro y un contra. Si nosotros, cuando tenemos placer, abrimos los ojos y estamos mirando a la persona que nos besa con placer, el vínculo se hace más sólido. Nosotros nos vinculamos a través de la mirada, sobre todo.

–¿Podemos concluir que un beso logrado es una gran fuente de alegría vital?

–Totalmente. Además, tiene su explicación. Un buen beso libera oxitocina. Al mismo tiempo, activa el sistema de la melanocortina. Son nuestros endocannabinoides y opioides naturales. Es decir, ofrece una situación de bienestar con un esfuerzo mínimo, aunque hemos visto que movemos muchos músculos. Además, favorecemos la intimidad y el compromiso con la otra persona. Un beso siempre es positivo. El beso es una droga natural que te mejora el cerebro, no te lo machaca como el resto.

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Fuente original: Leer en Diario Sur - Ultima hora
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