El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado 19 de noviembre con el candidato el PSOE a la Presidencia de la Junta de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo. Europa Press
Política Veteranos del PSOE critican que el único triunfo en las urnas autonómicas al que aspire Sánchez sea el ascenso de VoxNervios en las federaciones que irán a votar por cómo les afectará el castigo por la corrupción y el machismo.
Más información:Miembros del Gobierno y dirigentes del PSOE sostienen que es Sánchez quien está protegiendo a Paco Salazar
Fernando Garea Publicada 8 diciembre 2025 03:04hLas claves nuevo Generado con IA
Veteranos del PSOE critican que el partido solo aspire a que Vox suba para forzar al PP a pactar con la ultraderecha y así debilitar a Feijóo.
El caso Salazar y otros escándalos han minado las banderas del PSOE contra la corrupción y en defensa del feminismo, complicando la campaña.
Dirigentes regionales socialistas temen ser castigados en las urnas por el desgaste de Sánchez y la gestión de sus colaboradores más cercanos.
Las federaciones y mujeres socialistas han mostrado su malestar por la gestión de los casos internos y la dirección centralizada de las campañas.
Los más veteranos del PSOE, los que ahora intentan con escaso éxito articular una alternativa para cuando Pedro Sánchez no esté y son conocidos irónicamente y con desdén en Ferraz como “las juventudes socialistas”, recuerdan cómo su partido salía antes a competir en todas las elecciones con la idea siempre de ganar.
Ahora ven cómo el PSOE acude a las autonómicas del nuevo ciclo electoral intentando bajar sus expectativas para poder mitigar una probable derrota. Y, sobre todo, subido a una enorme paradoja ideológica: el único triunfo al que aspiran los socialistas en Extremadura, Andalucía o Aragón es un ascenso de Vox.
La dirección socialista de Pedro Sánchez está sometida a la contradicción de que un buen resultado de la ultraderecha en todos esos comicios sería celebrado como un éxito político en Ferraz y en la Moncloa.
Sánchez asume "en primera persona" la responsabilidad del caso Salazar sin concretar cómo: igual que con Ábalos y CerdánDe esa forma, el PP tendría que pactar con los de Santiago Abascal, debilitando así la posición de Alberto Núñez Feijóo y permitiendo que el PSOE pueda usar como argumento de campaña para las generales el miedo a la ultraderecha y el contenido concreto de los pactos del PP con Vox.
Las alegrías en las urnas para Sánchez sólo pueden venir de la mano del ascenso de Vox. Dicho de otra forma, Sánchez necesita a Vox fuerte, casi como si fuera su “marca blanca” electoral, a efectos estratégicos.
En Extremadura, todas las fuentes del PSOE dan por hecho un resultado desastroso el 21 de diciembre, de la mano de un candidato lastrado por estar procesado y, por tanto, por incumplir todas las normas éticas de los socialistas.
Pero incluso antes del procesamiento junto con el hermano del presidente del Gobierno, Miguel Ángel Gallardo ya era visto como un mal candidato por Sánchez, que intentó descabalgarle sin éxito.
Ahora ya sólo puede apretar los dientes, volcarse en la campaña y rezar por Vox.
En Andalucía ocurre algo parecido, con la diferencia de que la candidata es María Jesús Montero, la mano derecha de Sánchez, pero el objetivo sigue siendo que Juanma Moreno tenga que depender de Vox. El PSOE pone una vela por Vox también en Andalucía.
María Guardiola, a uno o dos escaños de la mayoría absoluta: supera ampliamente a la suma del PSOE y la izquierda radicalPor eso, dirigentes regionales del PSOE no ocultan en privado su pánico porque ven que tendrán que pagar en sus carnes el desgaste del Gobierno de Sánchez y de su ratificación en la sede de Ferraz. Que tendrán que ir a elecciones sin aspiración de ganar.
Ya ocurrió en mayo de 2023, cuando el PP logró el mayor poder autonómico y municipal que haya tenido nunca gracias al desgaste de Sánchez.
Ahora eso se ha incrementado porque se han venido abajo las dos banderas con las que el líder socialista llegó a la Moncloa en julio de 2018: la lucha contra la corrupción y la defensa del feminismo.
Y ha ocurrido justo en vísperas del inicio del ciclo electoral, casi en plena campaña de las elecciones extremeñas. Especialmente, lo referido al caso Salazar, es decir, la aparente protección de Moncloa y Ferraz al asesor del presidente denunciado como agresor sexual.
Fuentes socialistas explican que este caso es aún peor que los de corrupción por lo que tiene de atentado contra sus principios, de deslegitimación de un discurso que el PSOE ha sostenido desde hace tiempo, especialmente, desde la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero.
Page advierte a Sánchez de que si sigue "arrodillado ante Puigdemont" el PSOE se llevará un "disgusto" electoralY porque les hace más difícil ir a por el voto femenino que les salvó en las generales de 2023.
Además, ven debilitado a Sánchez por acumulación, porque primero cayó José Luis Ábalos por supuesta corrupción y comportamientos machistas cuando era su mano derecha; luego Santos Cerdán por presunta corrupción y luego Paco Salazar por acoso sexual.
Demasiada mala suerte en la elección de sus colaboradores más cercanos, lo que les complica cada vez más hilvanar discursos para proteger al líder socialista.
De tanto sostener que no tuvo conocimiento de la actividad censurable de quienes han sido su mano derecha de forma sucesiva, corren el riesgo de hacerle el flaco favor de convertirle en el presidente que no se enteraba de nada.
Humillado ante Puigdemont
Por eso, fuentes socialistas creen demoledor el caso Salazar por el asunto tan sensible al que se refiere, y porque se produce justo tocando al presidente del Gobierno. Como con Ábalos y Cerdán.
Ven además a Sánchez dando imagen de debilidad extrema con su acto de contrición nada pudoroso para poder ganarse de nuevo los favores de Carles Puigdemont. Una escenificación que, además, provoca daños colaterales en el resto de comunidades.
Por eso, tiene especial importancia la revuelta de las mujeres socialistas de toda España a propósito del caso Salazar en lo que, en cierta medida, es una censura interna del propio Sánchez, y que ha puesto de manifiesto la insoportable levedad de Ferraz en este momento.
Ya antes de verano, esas mujeres socialistas se dejaron notar cuando se conocieron detalles de los casos de Ábalos y Cerdán y Sánchez tuvo que montar una reunión de muchas de ellas en Ferraz para calmar sus ánimos.
Revuelta de las federaciones del PSOE contra Ferraz por 'tapar' a Paco Salazar: la reunión fue tan "desastrosa" que se abortóLo logró a medias, entre otras cosas porque pretendía ser un acto para escuchar y lo que se hizo saber desde el entorno de Sánchez fue sólo lo que él les dijo, y no lo que oyó de las mujeres.
Ese poder de las mujeres se vio luego cuando apretaron para vencer la resistencia del entorno de Sánchez a destituir a Salazar al publicar El Diario, las denuncias contra él. Justo el día en que iba a ser elevado a casi responsable de Organización del PSOE.
Los ministros candidatos hacen de tapón y ponen sordina al malestar en los territorios.
Se constituyen en portavoces y líderes de la oposición a los barones del PP, pero no consiguen acallar el malestar, la inquietud y hasta el miedo de segundos y terceros escalones autonómicos, que creen que acabarán pagando la factura del desgaste de Sánchez.
Sobre todo, porque el presidente del Gobierno parece haber decidido volcarse en todas las autonómicas, hasta el punto de convertirlas en plebiscitos de su gestión.
Eso tiene una repercusión clara en la elección de la fecha de las generales.
El Gobierno trata de tapar la corrupción y el machismo con ataques al "modelo salvaje" de Ayuso en Sanidad y ViviendaMuchos temen que coincidan con sus autonómicas y, en algunos casos, preferirían que las urnas al Congreso y el Senado se pusieran mucho antes de que se vote en sus territorios. Ahí está el dilema de Sánchez para planificar su calendario electoral.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, siempre crítico con Sánchez, es el único que ha verbalizado en público ese temor, especialmente, a que coincidan en 2027 las generales y las autonómicas y municipales.
Moncloa cree que les puede salvar el debate sobre los servicios públicos, su gestión por parte de las comunidades del PP y las privatizaciones.
Cuentan con argumentos como el desastre en la gestión de la dana en la Comunidad Valenciana, los incendios en Castilla y León, los errores en los cribados de cáncer en Andalucía y los fallos en la gestión privada de la sanidad pública en la Comunidad de Madrid.
Quieren conseguir que eso pese más que el desgaste de Sánchez. Pero si éste se empeña en “nacionalizar” cada campaña autonómica, estará tapando los debates sobre la gestión en cada territorio.
Y por eso algunos preferirían menos Moncloa y más organización territorial con agenda propia de cada comunidad.
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