- IGNACIO DELGADO Barcelona
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En 2026 durará dos semanas, y la primera estará dedicada a los aficionados. A medio plazo se baraja la posibilidad de disputar partidos fuera de Pedralbes.
El negocio del tenis vive un proceso de concentración similar al que transformó la Fórmula 1 hace unos años, donde la ampliación del producto, la profesionalización del entretenimiento y las economías de escala reconfiguraron toda la industria. En ese contexto, el Barcelona Open Banc Sabadell, más conocido como el trofeo Conde de Godó ha preparado su propia hoja de ruta para los próximos tres años.
Sus pilares son crecer en ingresos entre un 20% y un 30% y aumentar el beneficio entre un 40% y un 50%, apoyándose en nuevas infraestructuras, una ampliación del calendario del torneo y un refuerzo del modelo comercial. Así lo explicaron este viernes en rueda de prensa el consejero delegado del torneo, Xavier Pujol, y el Kristoff Puelinckx, cofundador y CEO de Tennium, firma especializada en organizar eventos deportivos.
Ambos recordaron que, en la actualidad, el 62% de los ingresos procede de patrocinadores, restauración y otros servicios que se ofrecen durante la competición. El Godó cuenta con 40 patrocinadores y un crecimiento significativo en los últimos cinco años.
Así, su facturación total se ha multiplicado por cinco, hasta los 16 millones de euros, y los beneficios se han más que duplicado.
Más remuneración a los jugadores
La organización se ha dado cuenta de que los ingresos dependen mucho de la parte más comercial. A ello, se suma la presión creciente para elevar los premios del torneo, en un contexto en el que los Masters 1000 y los Grand Slams avanzan hacia sistemas de reparto más justos para los jugadores.
Todo ello, obliga a los torneos del ATP 500, campeonato del que forma parte el torneo barcelonés, aumentar su capacidad económica para retener talento y mantener relevancia en el calendario. El trofeo Conde de Godó quiere liderar esa transición a nivel internacional.
Duración y nuevas sedes
El plan se estructura en tres fases: pasar de una a dos semanas de evento a partir de la próxima edición de 2026; emplazar partidos fuera del Real Club de Tenis de Barcelona en 2027 y consolidar los cambios en 2028.
Otras de las novedades del próximo año serán dedicar la semana previa al torneo a los fans, redistribuir espacios dentro del club y ampliar la oferta complementaria como restauración, comercio y espacios para aficionados.
Para la segunda fase, se está estudiando la posibilidad de desplazar algunos dobles a pistas externas para descongestionar ante la alta afluencia en el complejo de Pedralbes. El objetivo es replicar experiencias de otras competiciones, como la de Viena.
En cuanto a la remuneración de los jugadores, de cara a 2027 se quiere implementar el modelo de los Masters 1000. De esta forma, cuando el torneo haya cubierto las pérdidas, el resto de ingresos se repartirán al 50% entre los jugadores y la organización.
El objetivo final
La tercera etapa consolidará todas las medidas y pretende situar al trofeo Conde de Godó entre los torneos de mayor calidad del circuito, aunque su tamaño nunca pueda compararse al de un Grand Slam, según Pujol.
La organización insiste en que no pretende competir en volumen, sino en experiencia, calidad y capacidad para favorecer la interacción entre los asistentes. Para impulsar esta vertiente, se creará un nuevo partido de leyendas España-Francia o el lanzamiento del "1 VIP Club" como oferta ultrapremium en colaboración con la ATP y una agencia vinculada a la Fórmula 1.
Transformación total
El sector se está transformando en profundidad, como prueba la entrada de fondos soberanos. Así lo pone de manifiesto es el LIV Golf, organizado y financiado por el fondo de inversión pública saudí (PIF). A este fenómeno, se suma también la presencia cada vez más habitual de grandes inversores.
Todo ello está alterando el mapa competitivo, con exhibiciones muy bien retribuidas, previsiones de reducción de torneos ATP 250 y un aumento de eventos que duran dos semanas.
Ante estos cambios, el torneo fundado por Carlos Godó en 1953 considera que debe anticiparse para mantener atractivo frente al gran público. Aunque el principal rival es el ATP 500 de Múnich, la organización afirma que su comparación real está en torneos como el Master 1000 de Montecarlo.
Además, la "esencia" del trofeo Conde de Godó, apoyada en tradición, internacionalización y vínculo con la ciudad, seguirá siendo un activo diferencial. Las instituciones públicas aumentarán su aportación en 2026 y la mayor inversión quedará concentrada en nuevas infraestructuras, que no se ejecutarán hasta disponer de una estimación de costes más precisa.
No hay planes de trasladar el torneo a un formato indoor en los próximos cinco años, aunque se mantienen conversaciones con otros clubes para posibles colaboraciones puntuales.
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