María Guardiola llegó la última a la Junta Directiva Nacional del PP sonriendo entre aplausos y abrazada a Alberto Núñez Feijóo y al resto de barones. En la sede de Génova, 13, se respiraba un entusiasmo contenido. La victoria de los populares en Extremadura es contundente en comparación con el PSOE, pero se hace algo escasa en la batalla contra Vox, que crece con fuerza y exige ahora el peso de sus votos en oro a cambio de apoyar a su némesis cacereña, a la que llama «la Irene Montero de Extremadura».
Las tensiones entre Santiago Abascal y María Guardiola son notables, pero fuentes del Partido Popular aseguran a EL MUNDO que «Vox no tiene otra que apoyarnos, como siempre ha ocurrido. Tiene que elegir entre bloquear o ayudar a cambiar al Gobierno de España». «Abascal no puede poner líneas rojas nuevas, porque lo que han votado los extremeños es que gobierne María [Guardiola] con apoyo de Vox, porque hay un 60% de votantes que han elegido esas opciones y el PSOE se ha desplomado».
«Los ciudadanos no han votado bloqueo», insisten en la cúpula del principal partido de la oposición a Pedro Sánchez. Y añaden que «Extremadura no es la Comunidad Valenciana; la situación es muy distinta, mucho más con la victoria clarísima de ayer [por el domingo]», en referencia a que Guardiola no cederá tanto como Carlos Mazón o Juanfran Pérez Llorca, que asumieron un discurso más cercano al de Vox en lo relativo a ecología e inmigración. «Un 43% es lo mismo que tiene Juanma Moreno [en Andalucía] y sería mayoría absoluta en muchas otras comunidades», agregan las mismas fuentes.
Guardiola esperaba un triunfo algo más contundente, pero la presidenta de Extremadura en funciones lo tiene claro: ha merecido la pena convocar las elecciones anticipadas. Así lo transmitió a la prensa a su llegada al cónclave de su partido: «Por supuesto que sí, por supuesto que sí, hemos ganado con rotundidad las elecciones, sumamos más que toda la izquierda, cuatro escaños más, sumamos más en votos que el Partido Socialista y Vox juntos y, además, Extremadura ha estado en boca de toda España durante todo este tiempo. Por supuesto que ha merecido la pena».
Para la presidenta extremeña en funciones, ahora lo importante es despejar el bloqueo de la gobernabilidad. Tanto para su investidura -más fácil que en 2023, porque ahora sólo hace falta la abstención de Vox- como, sobre todo, para los Presupuestos de 2026, que quedan ahora más lejos si cabe, ya que Vox tiene mucho más caudal político que antes para exigir contrapartidas.
«Nosotros vamos a seguir trabajando con mucha ilusión, con mucha fuerza. Yo lo que voy a pedir es responsabilidad», interpeló Guardiola al resto de formaciones políticas. «Extremadura necesita estabilidad, necesita un Gobierno fuerte, necesita que sigamos impulsando las políticas que han llevado a nuestra región en tan solo dos años y medio a obtener las mayores cotas de progreso y eso es lo que voy a pedir a los partidos políticos: responsabilidad y lectura sensata de lo que han dicho las urnas», agregó.
Se trata de una apelación directa a Vox, al que Guardiola le pide que respete un resultado que da al PP más votos que a sus dos rivales directos juntos. Para la presidenta del PP extremeño, Santiago Abascal debe dejar de «bloquear» Extremadura y permitir un impulso económico, ahora que el PSOE ha quedado reducido a la mínima expresión. Pero el cambio sociológico de la región, con un 60% de voto de derechas, también da más poder a Vox. Ahí reside el quid de la batalla.
Alberto Núñez Feijóo piensa igual que su baronesa. La del domingo le parece una «victoria incontestable» que principia «un tiempo nuevo», porque «lo que han decidido los extremeños es derribar el muro de Sánchez» y, por tanto, «no caben interpretaciones caprichosas». En un mensaje teledirigido a Santiago Abascal, el presidente del PP subrayó ante la plana mayor de su partido: «Espero que Vox comprenda lo que los ciudadanos han votado. Que no se equivoquen de adversario nunca más. El adversario no está en esta sala». El «adversario», prosiguió, es un Gobierno que, a su juicio, ha colonizado las instituciones y ha teñido la política española de frentismo.
«Es indiscutible que hemos ganado con total claridad» y que «se ha activado un efecto dominó que no va a parar», discurseó Feijóo, ante la atenta mirada de Guardiola y de otros barones como Jorge Azcón (el siguiente en ir a las urnas, el 8 de febrero), Alfonso Fernández Mañueco (15 de marzo, en principio), Juanma Moreno (elecciones en primavera), Fernando López Miras, Isabel Díaz Ayuso, Juanfran Pérez Llorca o Alfonso Rueda.
«María convocó para romper el bloqueo y los ciudadanos han contestado que quieren Gobierno. La gente ha dicho basta a más política que no sirve para nada. La gente ha votado Gobierno, el Gobierno del PP en Extremadura», zanjó Feijóo.