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Política

La otra izquierda se desquicia por la "parálisis" de Sánchez: "Es la mayor fábrica de ultraderechistas"

La otra izquierda se desquicia por la "parálisis" de Sánchez: "Es la mayor fábrica de ultraderechistas"
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Sumar advierte del "desapego de los votantes progresistas": "Resistir no puede ser una estrategia. Es una renuncia" Leer

De cada seis votos que se dejó el PSOE en Extremadura, la izquierda alternativa sólo se llevó uno. Todos los demás se perdieron para el bloque progresista entre la abstención, PP y Vox. Es un dato que explica en parte el abultado crecimiento del conjunto de las derechas y que hunde de «preocupación» al espacio que está llamado a ser la alternativa al PSOE. Yes que, en número brutos, son más de 17.30o votos ganados de los más de 108.200 que volaron de las filas socialistas.

Aun así, la candidatura de Unidas por Extremadura, la coalición que une a Podemos e IU y en la que no está Sumar, ha tenido un notable éxito en las urnas. Rompe una tendencia muy negativa de derrotas encadenadas en el espacio político y, por primera vez en cuatro años, una lista gana escaños y nuevos votantes. Ahora queda para la reflexión si este crecimiento es suficiente o si se está ante una primera señal de alarma de lo que puede suceder ante un hipotético derrumbe del PSOE. Que se recoja sólo una pequeña parte de los votantes descontentos y que el bloque se desmorone y PP y Vox campen a sus anchas con mayorías absolutísimas.

En este ambiente de preocupación, Sumar, IU y Podemos se muestran desquiciados con la actitud del PSOE y, en concreto, con la de Pedro Sánchez. No entienden por qué está preso de la «parálisis» y la «inacción» y por qué no busca un revulsivo desde el Gobierno que corte la fuga de los votos con un giro a la izquierda en políticas sociales y en medidas «valientes» para aliviar la profunda crisis social que se vive con la subida de precios de la vivienda y de la cesta de la compra.Consideran que la mentalidad de apelar a «que viene el lobo» ya no funciona y que está entregando el país a PP y Vox.

Sumar está harto. «Resistir no puede ser una estrategia. Es una renuncia», dispara sobre los planes del presidente.

El socio minoritario del Gobierno deslizaba antes críticas y buscaba presionar al PSOE para moverse, pero está cruzando la línea al presentar a Pedro Sánchez ante los votantes como un problema y como el culpable del auge de la ultraderecha. La fuerza que lidera Yolanda Díaz se revolvió de nuevo ayer para criticar que siga sin hacer un «cambio de rumbo» y considera que nombrar a Elma Saiz como portavoz del Ejecutivo de coalición es «una huida hacia adelante» y una «negación de la realidad».

«El PSOE sigue instalado en la parálisis, el inmovilismo y la autosatisfacción, que son los ingredientes que han llevado a la debacle electoral en Extremadura y al desapego de los votantes progresistas», aguijoneó la coordinadora de Movimiento Sumar, Lara Hernández.

Da un aviso. «La lealtad al Gobierno no es la lealtad al PSOE ni a sus equilibrios internos. La lealtad es con la que gente que nos votó esperando derechos sociales y cambios reales», dijo. Para Sumar el PSOE está en una «claudicación» en lugar de en una reacción.

IU, que también forma parte del Gobierno, está en ese análisis. «El inmovilismo no es una opción ante el avance reaccionario», reprochó Antonio Maíllo, para quien la estrategia de Sánchez «no sirve». Por eso, el líder de IU urge a celebrar una reunión del pacto de seguimiento de la coalición de gobierno entre el PSOE y Sumar para cambiar el rumbo y tomar iniciativas contundentes en política de vivienda y de precios de los alimentos. Las dos prioridades absolutas que IU se marca para negociar con el PSOE.

Luego está Podemos, que zarpó hace tiempo como socio del Gobierno para desembarcar en la oposición. Su estrategia es aprovechar al máximo el hondo malestar que existe entre los votantes progresistas y en la frustración que muchos sienten por la falta de empuje en materias como la vivienda o los precios de los alimentos y la energía. Con una vida más difícil para el ciudadano de a pie, en nada quedan otras medidas como las subidas del salario mínimo o las ayudas sociales.

En esta lectura, Podemos hace un discurso demoledor. Sentencia que el Gobierno está «muerto» y que los ciudadanos «no pueden esperar absolutamente nada» del PSOE porque «no puede» hacer frente al PP y Vox. Es decir, que trata de pinchar el mensaje al que se aferra Sánchez, de presentarse a sí mismo como el último dique de contención de la llegada de la ultraderecha.

Lejos de verlo así, Podemos tacha alPSOE de ser «la mayor fábrica de ultraderechistas » de España. «El auge del fascismo es consecuencia directa de la inacción del Gobierno y de su incapacidad para solucionar los problemas, y del machismo y la corrupción del PSOE», dice. Contra eso, se reivindica como la izquierda fuerte, valiente y eficaz contra Vox.

Fuente original: Leer en El Mundo - España
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