- R. LANDER
Se trata del país europeo donde más cae el uso del efectivo. Solo el 21% de los encuestados lo tiene como método de pago preponderante en su día a día.
Los pagos fueron el primer negocio financiero por el que mostraron interés los gigantes tecnológicos por su alto potencial de innovación y por su elevada rentabilidad.
España fue pionera en el lanzamiento de las tarjetas contactless (la tecnología anterior obligaba a introducir el plástico en el TPV), que tardaron mucho más en llegar a muchos países europeos. La popularización de los pagos mediante tarjetas enroladas en el teléfono móvil también fue más temprana que en otros mercados.
Esta tendencia se aceleró con la pandemia. El 79% de los españoles elige de manera preponderante para sus compras medios digitales de pago y tarjetas en lugar del dinero en metálico, según revela una encuesta de alcance europeo realizada por PwC basada en 5.500 entrevistas en once países.
En 2018, el efectivo suponía el método de pago preferido para el 49% de los encuestados. Ahora, ese porcentaje es del 21%, tal y como refleja el estudio Payments and Open Banking de PwC. La caída en los dos últimos años es la más abrupta de los once países analizados.
El uso del dinero en metálico en España sigue estando presente, pero es muy inferior a lo que sucede en Alemania, donde sigue siendo visiblemente preponderante en comercios por el celo de sus ciudadanos a dejar rastro de sus compras en operadores bancarios y no bancarios.
El instrumento favorito en España es la tarjeta de débito, cuya adopción sigue al alza en detrimento de la tarjeta de crédito, que permite financiar y fraccionar pagos (buy now pay later) y utilizar la fórmula del revolving.
El 43% de los encuestados citan la tarjeta de débito como el medio más utilizado en sus pagos (antes de la pandemia ese porcentaje era del 24%). La tarjeta de crédito es el segundo instrumento más popular, con un 24%. En 2018, los datos indicaban que su preponderancia de uso era del 18% y llegó a ser del 13% en 2022, según el estudio.
El mundo de las tarjetas está monopolizado en Europa por tres grandes operadores estadounidenses: Visa, Mastercard y American Express.
El estudio confirma el rápido y creciente hueco que se están haciendo los wallets digitales y aplicaciones como Bizum en los hábitos de los españoles, el preferido para el 12% de entrevistados.
El 42% de los usuarios declara preferir aplicaciones como Apple Pay y Google Pay, mientras que el 25% se inclina por las app bancarias y el 23% por app locales, incluida Bizum.
En España, las llamadas SuperApps generan menos interés que en otros países europeos. Se trata de plataformas dirigidas a concentrar múltiples servicios financieros, como la agregación de cuentas, algo muy valorado en Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Suiza, Austria o Polonia. Las SuperApps están pensadas también para servicios no bancarios. El mejor ejemplo es la china WeChat. "Los consumidores españoles valoran más el acceso a descuentos y ofertas especiales", señala PwC.
España lidera el club de países europeos dispuestos a compartir sus datos personales con empresas y bancos a cambio de recompensas, servicios adicionales u ofertas financieras personalizadas. El 70% de los ciudadanos se declara a favor, según la encuesta. En cuanto a los proveedores más confiables en esa operativa, expresan una clara predilección por los bancos tradicionales, con un 55%.
Los españoles están más predispuestos que otros europeos a probar nuevas formas de pago. Un 75% de los entrevistados dice que estaría abierto a abrirse una cuenta con proveedores como WhatsApp y Google, lo que supone un salto de 32 puntos porcentuales respecto a 2022.
El euro digital
El 67% de los consumidores españoles declara no conocer bien el euro digital, pero el 60% se muestra a favor de utilizarlo una vez conocidas sus características. Su lanzamiento está previsto para 2029-2030. La propuesta legislativa enviada por la Comisión Europea al Parlamento europeo (en fase de enmiendas), que debe aprobarlo para que sea una realidad. Está concebido como un complemento del efectivo para liquidación de pagos minoristas y mayoristas. Suiza tiene en fase piloto una divisa digital solo para uso mayorista y Reino Unido evalúa una moneda digital para pagos entre ciudadanos y en comercios.
"El euro digital es necesario para elevar la soberanía europea en los pagos"
Entrevista Pablo Martínez-Pina | Socio responsable de Banca de PwC EspañaPablo Martínez-Pina.EXPANSIONEl euro digital es un instrumento promovido por el BCE para ganar autonomía en un ámbito tan crítico como el de los pagos. El objetivo es reducir la alta preponderancia actual de proveedores estadounidenses, una actividad que está monopolizada históricamente por Visa, Mastercard y American Express y donde han entrado con mucha fuerza wallets como Apple Pay y Google Pay.
Cada vez se habla más del euro digital, pero todavía quedan por resolver muchas incógnitas, como el importe máximo que podremos tener en esas cuentas abiertas en el eurosistema, según explica Pablo Martínez-Pina, socio responsable de Banca de PwC en España.
"Este proyecto es necesario para elevar la soberanía de pagos en Europa y para competir con las stablecoin, que son ahora el monotema en Estados Unidos", afirma. "Todo lo que significa más Europa es bueno, pero siempre que no ponga en riesgo el esquema financiero bancario actual construido sobre su amplia base de depósitos", añade.
"La reducción de la dependencia de proveedores estadounidenses será mayor o menor en función de cuál acabe siendo la adopción del euro digital por los ciudadanos, que intuyo que puede ser mayor entre los jóvenes. Y eso a su vez dependerá de cuánto se limite el importe que podamos tener en esas cuentas y de si nos resulta más fácil su uso respecto a Bizum en el caso español", explica.
Gran parte de la factura de la puesta en marcha del euro digital (los gastos de conexión) la pagarán los bancos. "Entiendo que será proporcional al tamaño de cada entidad", afirma.
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