Junts sigue modulando su ruptura con el PSOE en función de las críticas circunstancias a las que se enfrenta el Gobierno por los indicios de corrupción que se le acumulan al PSOE y al propio Ejecutivo en las últimas jornadas.
La vicepresidenta de la formación independentista, Míriam Nogueras, llamó ayer a «aprovechar que el Gobierno está débil para forzarle a hacer concesiones que hasta ahora nunca se había abierto a acordar».
«Hay que aprovechar la degradación del sistema político español», añadió la también portavoz de los neoconvergentes en el Congreso para asumir, públicamente, que su divorcio con el Ejecutivo tiene evidentes matices y que su prioridad es esquilmar tanto como pueda al Ejecutivo valiéndose de la negativa del presidente, Pedro Sánchez, a dar por terminada la legislatura y convocar elecciones generales anticipadas.
Ante la contradicción que supone dar por totalmente rota cualquier negociación con el PSOE para ahora abrir la puerta a presionarlo para acordar contrapartidas para Cataluña a cambio de tolerar sus potenciales corruptelas, Nogueras ideó una insólita oferta a ERC: orquestar una suerte de frente catalán en el Congreso para propiciar, unidos, las cesiones socialistas.
Alegó Nogueras que 14 diputados pueden más que siete -ERC y Junts tienen los mismos escaños en la Cámara baja- y su ofrecimiento suscitó una inmediata reacción de los republicanos, que no descartaron explorar esa alianza instrumental, pero sí la usaron para subrayar las incoherencias del partido liderado por Carles Puigdemont.
«Damos la bienvenida al ofrecimiento de Junts para trabajar juntos para forzar al PSOE a hacer más concesiones», saludó el portavoz de los republicanos, Isaac Albert. Pero después sumó, ácido: «Ya era hora de que Junts se sumara a la defensa de Cataluña. Hace tiempo que decidimos que, cuantos más seamos, más fuertes seremos en la negociación».
El también vicesecretario de comunicación de ERC invitó entonces a los neoconvergentes a apoyarles en «frentes importantes» como la «financiación singular» catalana. Cabe recordar que la formación de Junqueras lleva más de un año esperando a que el Gobierno le pague su apoyo a la investidura del socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat con una suerte de concierto económico que privilegie a Cataluña fiscalmente respecto al resto de comunidades autónomas.
«Aprovechemos el momento, antes de que pasen 24 horas y [Junts] cambie de opinión», zanjó Albert, en reiterativa crítica.
Cabe recordar que ERC ha sido enormemente dura con el partido liderado por el prófugo de la Justicia española desde que anunció su ruptura con el PSOE y la negativa a respaldar cualquier medida impulsada por el Gobierno en las Cortes Generales como castigo a los «incumplimientos» de Sánchez.
Fuentes de ERC precisan a este diario que les «causa extrañeza que el ofrecimiento se haga cuando Junts ha perdido toda influencia en Madrid y se da cuenta de que ha roto demasiado pronto con Sánchez».
Los de Puigdemont siguen sosteniendo públicamente que no mantienen ninguna negociación con el PSOE, mientras conminan a esta presión coral del independentismo catalán al Gobierno.
Tal y como reveló ayer este periódico, el acercamiento también se produce cuando el ex presidente socialista del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mantiene «conversaciones discretas» con la dirección de Junts para mantener una vía abierta a una eventual reconciliación con los separatistas.
Sin embargo, el reencuentro total y oficial continúa siendo «difícil», precisan fuentes de Junts, porque depende de que se cumplan acuerdos como la amnistía a Puigdemont, la oficialidad del catalán en Europa o la delegación de competencias migratorias a la Generalitat.