Con tres escaños más y una fuerte subida hasta alcanzar el 10,2% del voto, la izquierda alternativa cambia de estado de ánimo. Sale de la depresión y, más de dos años y medio después, tiene motivos para sonreír de nuevo en una noche electoral. La candidatura de Podemos e IU, llamada Unidas por Extremadura, consigue un importante crecimiento y arroja un puñado de lecciones que va a poner patas arribas este espacio político. Porque su éxito se ha basado en una unidad de la izquierda en la que, primero, no está Sumar -o mejor dicho, en la que adrede se ha dejado de lado a Yolanda Díaz- y segundo, que se ha forjado bajo el liderazgo de una dirigente de Podemos, Irene de Miguel.
Son dos motivos que disparan el entusiasmo en la dirección nacional de los morados y que Ione Belarra e Irene Montero van a utilizar a partir de ahora como la demostración empírica de que tienen razón. Así que, con Extremadura como baza, van a abalanzarse sobre IU y otras fuerzas territoriales para tratar de convencerles de que para hacer futuras alianzas hay que prescindir ya de Sumar.
Por esto mismo, con Sumar ausente de la candidatura extremeña, Díaz sale debilitada de unas elecciones en las que se ha demostrado que la izquierda tiene vida propia y exitosa sin ella. De nuevo va a coger vuelo el debate sobre la eficacia de la unidad de los partidos y sobre cuáles son los obstáculos para que pueda darse. Y en ese marco la pregunta hace tiempo es si la vicepresidenta segunda es un problema, como señala Podemos. Pues los morados la vetan para firmar cualquier coalición. Todo el mundo sabe en el espacio político que si Podemos ejecuta su amenaza de presentarse por separado sin Sumar, la izquierda alternativa al PSOE se arroja por un precipicio y tumba cualquier opción para frenar a PP y Vox.
Elecciones Extremadura 2025
BuscarEn realidad todo es mucho más enrevesado de lo que parece. Que ya lo es mucho. Unidas por Extremadura es tan particular y tiene un contexto tan diferente al del resto de las comunidades y de la política nacional, que todos los partidos implicados en este galimatías que llamamos «la unidad de la izquierda» van a darse la razón a sí mismos. Porque, en realidad, todos los actores tienen aspectos a los que agarrarse para hacer una análisis afín a sus intereses.
«Extremadura ha dejado claro el camino: la gente premia la unidad y la cooperación y castiga la división», se apresuró a decir Sumar, que implícitamente está diciendo a Podemos que hay que olvidarse de vetos y presentarse juntos.
Extremadura dejó fuera a Sumar de la candidatura porque se ha dado continuidad a un proyecto que nació antes y los de Díaz no tenían implantación allí. Ni siquiera se negoció entrar para no abrir una guerra en lo que es un oasis de paz. El verdadero desafío viene ahora en Aragón. Allí, que la coalición de la izquierdas no existe y está por construirse, es donde de verdad se va a medir el rumbo que la izquierda toma sobre su unidad.
Extremadura será referente, eso sí, porque los datos hablan por sí solos. La coalición de Podemos e IU sube a los siete escaños. Tres más que en 2023. Es un salto que rompe la tendencia terrorífica en el espacio de la izquierda alternativa al PSOE desde que Sumar sorprendió en las generales de julio de 2023, permitiendo a Pedro Sánchez retener el Gobierno. Desde entonces todo se había despachado con derrotas. Unas fueron demoledoras (Galicia y Euskadi) y otras duras (Cataluña y europeas). Ahora, en cambio, se crece en representación. Se sobrepasa el 10,2% de los votos y se aumenta 4,2 puntos respecto al 6% del que partía.
Elecciones Extremadura 2025
Estos resultados retrotraen al espacio político a los tiempos dorados de 2015, cuando irrumpió Podemos, donde en dos candidaturas separadas Podemos e IU alcanzaron en total un 12,29% de los votos. Sólo tuvieron representación los morados, que con un 8% sacaron seis escaños.
Ahora se supera aquella representación gracias a la unidad de ambos partidos. Es el mejor resultado de Unidas por Extremadura desde que Podemos e IU formaran esta alianza para las elecciones de 2019.Entonces lograron un 7,2% y cuatro escaños con De Miguel ya como candidata. La dirigente de Podemos viene trabajando desde entonces en un clima de estabilidad y respeto entre organizaciones que ha permitido al proyecto consolidarse y ser reconocible. Y,ojo, en pleno derrumbe de Podemos, De Miguel logró la heroicidad de repetir casi el mismo resultado en 2023. Fue el único sitio con Navarra que se salvaron del tsunami que borró el poder autonómico de los morados.
Es la figura de Irene de Miguel, con un liderazgo al alza y maduro, con discurso propio y dura con la corrupción del PSOE, la primera de las grandes diferencias con el resto de comunidades. Donde escasean liderazgos fuertes. Ella ha tenido continuidad y estabilidad. Igual que el proyecto que encabeza. En un espacio atrapado en el conflicto, Podemos e IU han enhebrado un alianza resistente y respetuosa que ha dado un bocado al PSOE como no se hacía desde hacía mucho.
Unidas por Extremadura ha apelado al votante socialista descontento y ha exprimido la debilidad de su candidato, Miguel Ángel Gallardo. Para el análisis de los partidos queda ahora si ante un PSOE tan hundido y tan frágil es suficiente haberse llevado 4,2 puntos de un derrumbe socialista que está en 14 puntos.
Dado que la derecha ha barrido y la izquierda tendrá que resignarse al papel de oposición, otra de las consecuencias es cómo se debe hacer frente a PP y Vox en el ciclo electoral que arranca. La unidad es una herramienta, pero el énfasis lo ponen en obligar al PSOE a girar a la izquierda para que el bloque pueda resistir.
Las frases de la noche
«UNA LUZ». Irene de Miguel señaló que la «unidad» de Unidas por Extremadura es el «camino» y que han cosechado lo que han sembrado tanto tiempo. «Somos una luz de esperanza para la izquierda transformadora en todo el país», dijo.
«PASO AL LADO». De Miguel reclamó a Guardiola «dar un paso a un lado» después de ser la «gran perdedora» de un órdago para conseguir tan sólo un escaño más. «¿Y ahora qué?», espetó.