Tras haber tratado a pacientes con melanoma durante los últimos 20 años, Gerami afirma haber observado un patrón llamativo: muchas mujeres menores de 50 años con antecedentes de melanomas múltiples declaraban haber utilizado camas de bronceado en el pasado.
Mutaciones genéticas casi dos veces mayores en las células de la piel
Gerami y su equipo compararon la incidencia y la localización del melanoma, así como la proporción de pacientes con melanomas múltiples, en 2,932 personas con antecedentes de uso de máquinas de bronceado y 2,925 personas del mismo grupo de edad que nunca las habían utilizado. Los resultados mostraron que el 5.1% de los usuarios de camas de bronceado tenía antecedentes de diagnóstico de melanoma, frente al 2.1% de quienes nunca las habían usado.
Además, se observó una asociación significativa entre el uso de máquinas de bronceado y la incidencia de melanoma incluso después de ajustar factores como la edad, el sexo, la experiencia de bronceado y los antecedentes familiares de la enfermedad. En conjunto, las personas que habían utilizado estas máquinas presentaban un riesgo 2.85 veces mayor de desarrollar melanoma.
Un dato especialmente relevante es que una mayor proporción de usuarios de camas de bronceado desarrolló melanoma en zonas como el torso y los muslos, áreas que normalmente están cubiertas por la ropa y menos expuestas al daño acumulativo de la luz solar. En el 76.1% de los usuarios de máquinas de bronceado, el melanoma apareció en estas regiones, frente al 61.2% de los pacientes que nunca habían utilizado estos dispositivos.
El estudio también reveló que quienes habían usado camas de bronceado tenían más probabilidades de desarrollar melanomas múltiples, un patrón similar al observado en pacientes con melanoma hereditario. Para profundizar en este fenómeno, los investigadores tomaron muestras de piel de 11 pacientes con un historial prolongado de uso de máquinas de bronceado, nueve pacientes que nunca las habían utilizado y seis donantes, y analizaron las secuencias genéticas de un total de 182 melanocitos. Los melanocitos son las células responsables de producir melanina, el pigmento que determina el color de la piel y el cabello, y pueden transformarse en melanomas cuando se vuelven cancerosos.
Los resultados mostraron que las células de la piel de los usuarios de camas de bronceado presentaban casi el doble de variantes genéticas que las del grupo de control. Las diferencias eran especialmente marcadas en la zona lumbar, que suele estar poco expuesta a la luz solar natural. Los investigadores creen que esto se debe a que las camas de bronceado irradian grandes áreas del cuerpo con radiación ultravioleta intensa, a diferencia del sol, lo que favorece la acumulación de mutaciones en zonas normalmente protegidas.
el crecimiento celular, lo que refuerza su potencial cancerígeno.mujeres jóvenes y la falta de información detallada sobre el historial de uso de camas de bronceado en el grupo de tejidos donados. Además, el estudio no siguió la evolución de los cambios celulares a lo largo del tiempo, por lo que se necesitan investigaciones adicionales para evaluar los efectos a largo plazo.Aun así, a la luz de los resultados, Gerami advierte que el uso de máquinas de bronceado por parte de menores debería regularse de forma estricta. Señala que muchos de los pacientes que trató comenzaron a utilizarlas a edades tempranas, cuando no contaban con la información ni el criterio necesarios para evaluar los riesgos.
El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), clasifica las máquinas de bronceado como carcinógenos del grupo 1, la misma categoría que el tabaco y el amianto. Sin embargo, estos riesgos aún no son plenamente reconocidos por el público. Por ello, Gerami considera que las camas de bronceado deberían estar obligadas a mostrar advertencias claras, similares a las que aparecen en los paquetes de cigarrillos sobre el riesgo de cáncer de pulmón.
A las personas que utilizan con frecuencia máquinas de bronceado en etapas tempranas de su vida, Gerami recomienda someterse a un examen completo de la piel con un dermatólogo y realizar revisiones periódicas.
Artículo originalmente publicado enWIRED.Adaptado por Alondra Flores.