Hace ahora poco más de cuatro años, en octubre del 2021, en el PP se buscaba el relevo de José Antonio Monago, que había llegado a ser presidente de la Junta de Extremadura. Desde Génova, con Pablo Casado al frente, se quería un perfil distinto para volver a tener posibilidades en un territorio casi siempre hostil con los populares. El favorito era el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, con varias mayorías absolutas a sus espaldas. Los fontaneros en Extremadura del entonces secretario general, Teo García Egea, eran Alberto Casero y Víctor Píriz, que había sido subdirector del Parque Científico y Tecnológico, Fundecyt en la legislatura del PP en la Junta (2011-2015).
Allí conoció a una funcionaria de carrera, María Guardiola, que ocupaba el puesto de la Secretaría General de Ciencia e Innovación, su jefa en el ejecutivo regional. No tuvo ninguna duda de que era ella la candidata para renovar el partido. Así que tanto él como Casero se plantaron en la planta noble de Génova y pusieron su nombre encima de la mesa. «Es una concejal de Cáceres», trasmitieron. Nadie la conocía. «Siempre vi que tenía una gran capacidad de trabajo, pero sobre todo liderazgo y que no se achantaba nunca … nada le daba miedo y siempre tenía una sonrisa», cuenta el ex diputado nacional.
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BuscarPor entonces, Guardiola había comenzado a dar sus primeros pasos en la política activa y era concejal en el Ayuntamiento de Cáceres, época en la que se afilió al PP. «¡Pero si no la conoce nadie!», decían las voces críticas. «Precisamente por eso», respondía Alberto Casero a los dirigentes, y militantes, del partido en Extremadura, extrañados por una apuesta arriesgada e inhabitual para esta formación. Se buscaba, con todas las diferencias, una especie de efecto Ayuso, una nueva cara que ilusionara desde cero a un partido abatido, que preveía otra auténtica travesía en el desierto para volver a derrotar a los socialistas.
«Tiene sobre todo liderazgo, no le da miedo nada y siempre sonríe», dice su descubridor
Pero las cosas no fueron tan fáciles para Guardiola. De repente, cayó Casado, pero Feijóo despejó todas las dudas sobre el relevo de Monago y evitó traumatizar al partido con un incendio interno. El alcalde de Plasencia, con importantes apoyos internos, decidió dar un paso atrás. «Vengo sin mochilas de ningún tipo», avanzó María Guardiola en su primer mensaje como presidenta del PP de Extremadura, el 16 de julio de 2022. Quería las manos libres para hacer un partido distinto. Al menos, en la configuración de los equipos, pero sobre todo en la hora de trabajar. El nuevo rostro del PP tenía menos de un año para enfrentarse a Guillermo Fernández Vara. Y contra todo pronóstico, se convirtió en un abrir y cerrar de ojos en la primera mujer en presidir la Junta de Extremadura.
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Mejor expediente de su promoción de la carrera de Empresariales, desde siempre fue una mujer brillante en los estudios y en la gestión administrativa. Pero no sólo se trataba de una funcionaria al uso, no. Desde pequeña se había acostumbrado a luchar a fondo para salir de las dificultades. De padres divorciados (fue el primer matrimonio en la ciudad de Cáceres que se acogió a Ley del año 81), vivió de niña con sus abuelos en un piso de 80 m2, donde llegaron a estar hasta nueve personas bajo el mismo techo y hasta un perro… Con los años, su madre -su admirada Dolores- consiguió por fin tener un piso en propiedad, de protección oficial, adonde se trasladó con sus hermanos (ella es la mayor de los cuatro).
«Vengo sin mochilas de ningún tipo», avanzó Guardiola en su primer mensaje como líder del PP extremeño
De adolescente, no paró de buscar trabajo para pagarse por sí misma sus estudios o el carné de conducir: profesora de Matemáticas, dependienta en una tienda de Cortefiel y hasta empleada de reparto de las populares guías telefónicas... El caso era buscarse la vida. «Partido a partido» (Cholo Simeone), que es su filosofía de vida, aunque no le guste mucho el fútbol (es más de judo, voleibol y pádel, y ahora acuda al gimnasio cuando el trabajo se lo permite). Eso sí, lo que no para de escuchar, y cantar en los karaoke por mucho que pasen los años es a Alejandro Sanz: «Me sé todas sus canciones». Seguro que en especial, la de Pisando fuerte…