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Xabi Alonso dialoga con Vinicius y Mbappé durante el partido en Mendizorroza. Adrián Ruiz de Hierro / EFEMadrid
Lunes, 15 de diciembre 2025, 18:12 | Actualizado 18:36h.
Mendizorroza. Una derrota hubiera puesto la puntilla al técnico vasco en un partido de Liga que era mucho ... más que eso, pues se había convertido en un ultimátum para el entrenador blanco desde el varapalo frente al Celta en el Bernabéu y la derrota contra el Manchester City de Guardiola, de nuevo en Chamartín, con una imagen más saneada en cuanto a la intensidad pero sin demasiada mejoría en el juego.El segundo destello en terreno babazorro lo protagonizó Vinicius al contraataque. El brasileño desbordó a la carrera y rubricó a continuación la decisiva asistencia para su compatriota Rodrygo, que resolvió una complicada papeleta cuando a falta de un cuarto de hora para el final del partido, el alavesista Carlos Vicente había aprovechado un descuido defensivo del Real Madrid para poner un inquietante empate en el marcador, otro tropiezo que amenazaba con derribar definitivamente la era Xabi Alonso.
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El preparador de Tolosa sigue al frente del banquillo madridista, de momento, pero en esa especie de limbo entre las dudas en la zona noble sobre su futuro, sin que se perfile ninguna alternativa de garantías más allá de la arriesgada apuesta por Álvaro Arbeloa, recién llegado esta campaña al Castilla desde del juvenil de División de Honor. El silencio estampa a nivel institucional no demuestra demasiada confianza en que Xabi Alonso sea capaz de revertir esta compleja situación en la que se encuentra. Ni una referencia al técnico por parte de Florentino Pérez en su discurso institucional con motivo de la tradicional comida navideña con los medios de comunicación que siguen la actualidad del club.
Apoyo del vestuario
Por ahora el técnico guipuzcoano cuenta con la reacción de Mendizorroza, en cuanto al resultado al menos, y el respaldo del vestuario, que sigue tratando de evidenciar públicamente que apoya a su entrenador con declaraciones y gestos como el abrazo de Vinicius en el área técnica visitante tras el decisivo 1-2 de Rodrygo.
Sin el control del partido –48% de posesión– ni demasiada progresión en su juego en el centro del campo, otra vez atascado, el Madrid al menos demostró implicación y arrestos para no dejarse llevar después del empate babazorro. Dos destellos sostienen a Xabi Alonso, que sin embargo camina todavía sobre el fino alambre de la pegada. Si saca adelante los dos compromisos hasta el parón navideño, el duelo copero contra el Talavera y la visita liguera del Sevilla, al menos podrá respirar tranquilo hasta la Supercopa de España, un auténtico punto de inflexión con derbi contra el Atlético en semifinales y posibilidad de clásico en caso de que acceda a la final. El torneo, en Arabia Saudí, sería la definitiva prueba del algodón para un proyecto que continúa en duda.
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