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De Zúrich a San Petersburgo: en el tren de la Revolución

De Zúrich a San Petersburgo: en el tren de la Revolución
Artículo Completo 754 palabras
Sucedió el 9 de abril de 1917. Vladimir Ilich Uliánov , conocido por Lenin, se subió a un tren en la estación de Zúrich para emprender un viaje de ocho días que le llevó a San Petersburgo . Llevaba diez años en el exilio y vivía junto a su esposa en un modesto apartamento de la calle Spielgasse de la ciudad suiza.El zar Nicolás II había abdicado el 15 de marzo y Rusia era gobernada por una coalición de liberales y socialdemócratas. Había una inestabilidad social y un vacío de poder que Lenin veía como una oportunidad para iniciar un proceso revolucionario. En aquellos momentos, Rusia estaba en guerra con Alemania.El conflicto era un obstáculo insalvable para que el líder bolchevique pudiera volver a su país, ya que necesariamente tenía que pasar por territorio alemán. Fue Fritz Platten, secretario del Partido Socialdemócrata suizo, quien hizo las gestiones ante el Gobierno alemán para conceder el permiso de tránsito. El káiser Guillermo II aprobó personalmente el viaje. No lo hizo por altruismo sino porque sabía que Lenin quería sacar a Rusia de la guerra y eso favorecía sus intereses .Para soslayar la acusación de colaboracionismo con el enemigo, Lenin exigió que el tren que partía de Zúrich fuese sellado. Nadie, salvo algunos agentes alemanes de supervisión, podía entrar o salir de los vagones en los que viajaban Lenin y 31 acompañantes. El Gobierno alemán concedió el estatuto de extraterritorialidad al tren, análogo al de una embajada. Lenin logró también que la lista de pasajeros fuera anónima.El Gobierno alemán concedió el estatuto de extraterritorialidad al tren, análogo al de una embajadaEn la estación de Zúrich , decenas de simpatizantes aclamaron a Lenin, mientras otro grupo le llamaba traidor. El tren cruzó la frontera y llegó a la estación de Gottmadingen, donde los alemanes facilitaron el cambio de locomotora y vagones. Según Robert Service, un oficial trazó una línea con tiza blanca para delimitar «el territorio alemán y el ruso» en uno de los coches. Los hombres se instalaron en los compartimentos de tercera clase y Lenin, su esposa y las mujeres en un vagón de segunda . «Nada más salir de Gottmadingen, los temores se disiparon y subieron los ánimos», cuenta Service. Otra anécdota es que Lenin prohibió fumar , ya que detestaba el tabaco. Los fumadores tenían que ir al servicio.El tren se adentró en Alemania y dejo atrás las estaciones de Ulm, Stuttgart, Karlsruhe y Fráncfort con destino a Berlín. Allí estuvo detenido varias horas, por lo que se especula si hubo una reunión secreta con las autoridades alemanas. No falta quien ha asegurado que Lenin recibió dinero para impulsar la Revolución, algo siempre fue negado por el dirigente ruso.Finalmente, el ferrocarril llegó a Sassnitz en la costa báltica, donde la comitiva cogió un transbordador para cruzar a Trelleborg, ciudad sueca, desde donde se desplazó en tren a Estocolmo . Los socialistas suecos le recibieron como un héroe. Tras pernoctar, emprendió la última fase de su viaje. Entró en su país por la ciudad finlandesa de Tornio , entonces bajo soberanía rusa. Fue un momento crítico porque temía ser detenido. Fue registrado e interrogado, pero se le permitió pasar. El tren se dirigió a Tampere y llegó por fin a la estación de Finlandia , donde le aguardaban miles de seguidores enfervorizados. Eran las once de la noche del 15 de abril.Tras descender al andén, Lenin explicó su programa revolucionario y pronunció sus famosas palabras: «El pueblo necesita paz, pan y tierra», subrayando que los bolcheviques lucharían hasta « la victoria final ». No fue una promesa vana porque medio año después Lenin se haría con el poder, instaurando un régimen que duraría más de siete décadas.

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Sucedió el 9 de abril de 1917. Vladimir Ilich Uliánov, conocido por Lenin, se subió a un tren en la estación de Zúrich para emprender un viaje de ocho días que le llevó a San Petersburgo. Llevaba diez años en el exilio ... y vivía junto a su esposa en un modesto apartamento de la calle Spielgasse de la ciudad suiza.

El zar Nicolás II había abdicado el 15 de marzo y Rusia era gobernada por una coalición de liberales y socialdemócratas. Había una inestabilidad social y un vacío de poder que Lenin veía como una oportunidad para iniciar un proceso revolucionario. En aquellos momentos, Rusia estaba en guerra con Alemania.

El conflicto era un obstáculo insalvable para que el líder bolchevique pudiera volver a su país, ya que necesariamente tenía que pasar por territorio alemán. Fue Fritz Platten, secretario del Partido Socialdemócrata suizo, quien hizo las gestiones ante el Gobierno alemán para conceder el permiso de tránsito. El káiser Guillermo II aprobó personalmente el viaje. No lo hizo por altruismo sino porque sabía que Lenin quería sacar a Rusia de la guerra y eso favorecía sus intereses.

Para soslayar la acusación de colaboracionismo con el enemigo, Lenin exigió que el tren que partía de Zúrich fuese sellado. Nadie, salvo algunos agentes alemanes de supervisión, podía entrar o salir de los vagones en los que viajaban Lenin y 31 acompañantes. El Gobierno alemán concedió el estatuto de extraterritorialidad al tren, análogo al de una embajada. Lenin logró también que la lista de pasajeros fuera anónima.

El Gobierno alemán concedió el estatuto de extraterritorialidad al tren, análogo al de una embajada

En la estación de Zúrich, decenas de simpatizantes aclamaron a Lenin, mientras otro grupo le llamaba traidor. El tren cruzó la frontera y llegó a la estación de Gottmadingen, donde los alemanes facilitaron el cambio de locomotora y vagones. Según Robert Service, un oficial trazó una línea con tiza blanca para delimitar «el territorio alemán y el ruso» en uno de los coches. Los hombres se instalaron en los compartimentos de tercera clase y Lenin, su esposa y las mujeres en un vagón de segunda. «Nada más salir de Gottmadingen, los temores se disiparon y subieron los ánimos», cuenta Service. Otra anécdota es que Lenin prohibió fumar, ya que detestaba el tabaco. Los fumadores tenían que ir al servicio.

El tren se adentró en Alemania y dejo atrás las estaciones de Ulm, Stuttgart, Karlsruhe y Fráncfort con destino a Berlín. Allí estuvo detenido varias horas, por lo que se especula si hubo una reunión secreta con las autoridades alemanas. No falta quien ha asegurado que Lenin recibió dinero para impulsar la Revolución, algo siempre fue negado por el dirigente ruso.

Finalmente, el ferrocarril llegó a Sassnitz en la costa báltica, donde la comitiva cogió un transbordador para cruzar a Trelleborg, ciudad sueca, desde donde se desplazó en tren a Estocolmo. Los socialistas suecos le recibieron como un héroe. Tras pernoctar, emprendió la última fase de su viaje. Entró en su país por la ciudad finlandesa de Tornio, entonces bajo soberanía rusa. Fue un momento crítico porque temía ser detenido. Fue registrado e interrogado, pero se le permitió pasar. El tren se dirigió a Tampere y llegó por fin a la estación de Finlandia, donde le aguardaban miles de seguidores enfervorizados. Eran las once de la noche del 15 de abril.

Tras descender al andén, Lenin explicó su programa revolucionario y pronunció sus famosas palabras: «El pueblo necesita paz, pan y tierra», subrayando que los bolcheviques lucharían hasta «la victoria final». No fue una promesa vana porque medio año después Lenin se haría con el poder, instaurando un régimen que duraría más de siete décadas.

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Fuente original: Leer en ABC - Cultura
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