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Rob Reiner, el cineasta que filmaba desde el corazón

Rob Reiner, el cineasta que filmaba desde el corazón
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El director de cine ha sido hallado muerto junto a su esposa en su casa de Los Ángeles. La policía de la ciudad investiga el caso por presunto homicidio. Leer
CulturaRob Reiner, el cineasta que filmaba desde el corazón 15 DIC. 2025 - 12:47EFE

El director de cine ha sido hallado muerto junto a su esposa en su casa de Los Ángeles. La policía de la ciudad investiga el caso por presunto homicidio.

Destrozó los cuentos de hadas, puso en jaque al patriotismo más exacerbado y nos enseñó el auténtico valor de la amistad. Quizá Rob Reiner no sea tan apreciado como Steven Spielberg o Martin Scorsese, pero su filmografía es tan poderosa como la de cualquier cineasta del Nuevo Cine Americano. Su puesta en escena tenía un carisma especial, fruto quizá de saber hacer con pasión y amor, mucho amor, cada una de sus películas.

Desgraciadamente, Rob Reiner y su esposa, la fotógrafa Michele Singer Reiner, han sido hallados muertos esta mañana en su casa de Brentwood. La Policía de Los Ángeles ha confirmado la trágica noticia y ha avanzado que está investigando la muerte de ambos como un caso de homicidio. Algunos medios estadounidenses señalan que, presuntamente, el asesino podría ser un miembro o allegado a la familia.

Sin embargo, este artículo no pretende ahondar en el suceso, sino homenajear a un cineasta que, para muchos, ha sido una parte fundamental de su vida. Disculpen si les escribo en primera persona, pero no sé cuántas veces he vistoLa princesa prometida (1987) o Cuenta conmigo (1986). Tampoco sé cuántas veces he reproducido el tema Stonehenge de Spinal Tap. Pero, sin hacer ruido, muchas de las creaciones de Rob Reiner han ocupado un hueco especial en mi vida y también en la de muchos redactores del diario EXANSIÓN.

Su carrera como director se caracterizó por una versatilidad excepcional para saber conjugar películas perturbadoras como Misery (1990) y dramas sublimemente escritos como Algunos hombres buenos (1992). También hubo hueco para el humor y las comedias románticas como en Cuando Harry encontró a Sally (1989), donde el director nos preguntó abiertamente si un hombre y una mujer realmente pueden establecer una amistad.

La comprensión del relato humano de Reiner estaba por encima de la media. No solo era capaz de entretener a niveles absurdos, sino de resonar en las emociones más íntimas de las personas. La claridad estructural del cineasta y su entendimiento de que el buen cine parte de la escritura son testimonio de una carrera extraordinaria en la que, pese a tener sombras, lo que brilla ya es y será Historia del Cine.

Gracias por ser el abuelo que nos contó el mejor cuento de hadas y por hacer que Jack Nicholson ordenara el maldito Código Rojo. Descansa en paz.

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Fuente original: Leer en Expansión
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