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Las cuatro "eses" que forman una burbuja

Las cuatro "eses" que forman una burbuja
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Y lo que este test nos dice sobre el boom de la inteligencia artificial. Leer
Financial TimesLas cuatro "eses" que forman una burbuja
  • RUCHIR SHARMA
15 DIC. 2025 - 10:09Globo que representa a la burbuja de la Inteligencia Artificial y una aguja que amenaza con pincharla.DREAMSTIMEEXPANSION

Y lo que este test nos dice sobre el boom de la inteligencia artificial.

En medio del debate sobre el boom de la inteligencia artificial, la gente ha comenzado a bromear sobre "una burbuja en un debate sobre burbujas". Las búsquedas en Google de IA con la palabra que empieza por "b" se han disparado y el ambiente en los mercados se percibe eufórico. Sin embargo, más allá de estos indicadores subjetivos no existe una medida estándar para determinar si se trata de una burbuja.

Mi prueba se basa en cuatro "eses": sobrevaloración, sobrepropiedad, sobreinversión y sobreapalancamiento. Así es como la IA puntúa actualmente:

Sobrevaloración. En las grandes burbujas, desde la del oro en la década de 1970 hasta el boom de internet a finales de la década de 1990, los precios ajustados a la inflación se multiplicaron por diez en un período de 10 a 15 años.

Las acciones tecnológicas estadounidenses alcanzaron hace poco ese umbral. Además, según un estudio de burbujas durante el último siglo, la probabilidad de un colapso aumenta a más del 50 % cuando el sector protagonista del boom supera al mercado en más del 100 % en dos años. Las acciones relacionadas con la IA también están cerca de ese punto de inflexión.

Estos drásticos aumentos de precios han llevado las valoraciones a largo plazo de las acciones estadounidenses cerca de los niveles más altos de la historia. Algunos dicen que esto no importa, porque la IA impulsará el crecimiento de forma más espectacular que las revoluciones tecnológicas anteriores, y las valoraciones fueron más extremas en 1999-2000. Pero si la historia sirve de referencia, la valoración y los precios están dando una señal de alerta de burbuja.

Sobrepropiedad: Este indicador mide cuánto dinero fluye hacia la nueva tecnología de moda. Y los estadounidenses están buscando acciones frenéticamente, sobre todo en el sector tecnológico. Los hogares tienen un récord del 52% de su riqueza en acciones, lo que supera el récord registrado en el año 2000 y se sitúa muy por encima de los niveles de la UE (30%), Japón (20%) y Reino Unido (15%).

Una señal muy relacionada con esto es el exceso de operaciones. En los últimos cinco años, el número de acciones negociadas diariamente en EEUU ha aumentado un 60%, hasta alcanzar alrededor de 18.000 millones. La participación minorista en las opciones sobre acciones a corto plazo ha crecido de un tercio a más de la mitad. Los jóvenes están sucumbiendo al "nihilismo financiero", dejándose llevar por la especulación porque han renunciado a comprar una vivienda.

Si la bolsa cae un día determinado, los pequeños inversores compran impulsivamente al día siguiente. Sus favoritos son claros: en la plataforma Robinhood, las cinco acciones donde se concentran las compras son los Siete Magníficos. Y con 7,5 billones de dólares aún depositados en fondos de inversión del mercado monetario, los pequeños inversores estadounidenses podrían tener aún poder adquisitivo.

Debido a que las condiciones financieras siguen siendo tan laxas, la liquidez sigue impulsando las acciones al alza. Esto prácticamente obliga a los inversores institucionales a seguir comprando, incluidos muchos que se muestran escépticos ante la euforia de la IA. El resultado es un nuevo espécimen: el bajista totalmente comprometido.

Los entusiastas de la IA afirman que los incesantes debates sobre burbujas demuestran que no se trata de una burbuja, ya que los picos llegan cuando la preocupación se desvanece y el optimismo se convierte en un fenómeno universal. Puede ser, pero la preocupación, de hecho, estaba creciendo antes del colapso de las puntocom. Un año antes, la Reserva Federal de San Francisco evocó el fantasma de 1929. Muchos columnistas y economistas se hicieron eco de esos temores, al igual que varios inversores institucionales. Igual que hoy.

Sobreinversión. La inversión en tecnología rebasó hace poco el 6 % del PIB estadounidense, superando el récord establecido en el año 2000. Las empresas están invirtiendo capital en centros de datos de IA y en centrales eléctricas para operarlos, lideradas por los hiperescaladores.

Contando solo a los Siete Magníficos, el gasto en IA se ha más que duplicado desde 2023 hasta alcanzar los 380.000 millones de dólares este año y va camino de superar los 660.000 millones de dólares para 2030. Los posibles rendimientos están lejos de ser claros. Por cada encuesta que indica que la demanda de IA se dispara, otra muestra lo contrario: menos del 15% de las empresas estadounidenses afirman utilizar IA. De hecho, hay indicios de que la tasa de adopción se está ralentizando.

Los tecno-optimistas afirman que la inversión en IA se amortizará al reducir los costes laborales, reemplazar hasta el 40% de las tareas que ahora realizan los humanos "en un futuro no muy lejano" y elevar el índice de desempleo hasta el 20%. ¿Se quedarán los humanos de brazos cruzados mientras esto sucede? Una disrupción laboral a esta escala podría desencadenar una reacción política negativa, limitando la rentabilidad de la inversión en IA.

Sobreapalancamiento. Hasta ahora, las empresas y los hogares estadounidenses no parecen estar sobreapalancados. Pero los Siete Magníficos no son los cajeros automáticos que eran hace un año. Amazon, Meta y Microsoft son ahora deudores netos, frente a uno solo en 2023. Aunque sus beneficios siguen aumentando, con tanta inversión hacia la IA, solo Google y Nvidia siguen generando grandes cantidades de efectivo.

Esta vez, las deudas se acumulan en la contabilidad del gobierno, gracias a déficits récord, lo que supone un riesgo importante. Si los inversores en deuda cuestionan la precaria situación financiera de Estados Unidos, podrían impulsar al alza los tipos de interés a largo plazo, lo que repercutiría en toda la economía.

Mientras, en los mercados financieros, el apalancamiento de los mercados ha ido más allá de los préstamos con margen tradicionales para la compra de acciones individuales. Ahora existen fondos que piden dinero prestado para ampliar sus apuestas. Estos "ETF apalancados" son fácilmente accesibles para los pequeños inversores y han visto sus activos multiplicarse por siete en la última década, alcanzando alrededor de 140.000 millones de dólares.

En resumen, en distintos grados, las cuatro "eses" sugieren que la IA es una burbuja y que ha alcanzado una fase avanzada. Sin embargo, la historia también demuestra que no hay un punto exacto en el que una burbuja estalla por su propio peso.

El único detonante constante de un colapso, que se remonta a las burbujas del sector ferroviario del siglo XIX, ha sido el aumento de los tipos de interés y el endurecimiento de las condiciones financieras. Así pues, aunque sin duda estamos en una burbuja, esta podría seguir creciendo hasta que el dinero que la infla comience a agotarse.

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Fuente original: Leer en Expansión
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