Rafael Fontana ha liderado la transformación de Cuatrecasas desde una 'boutique' fiscalista a ser un ejemplo de la abogacía internacional en el que la innovación, la excelencia y un nuevo modelo de trabajo son sus cartas de presentación.
Después de 43 años de carrera en Cuatrecasas, 22 de ellos al frente de su equipo directivo, Rafael Fontana empieza "con mucho orgullo y mucho honor" el próximo 1 de enero una nueva etapa como presidente de honor de una firma en la que ha liderado su transformación, desde sus orígenes como boutique fiscal hasta convertirse en un despacho de referencia internacional.
En los últimos dos años, su prioridad ha sido traspasar conocimientos y experiencia al resto de socios. "Se trata de que todo lo que he aprendido siga siendo aprovechable. Ahora doy un paso atrás mayor para que mi sombra no sea demasiado alargada, pero estoy aquí para ayudar en lo que ellos consideren", añade. Seguirá muy presente en tareas de representación de la firma, la Fundación Cuatrecasas y también en el proyecto personal de su mujer Beatriz Ferrer-Salat en la Fundación Equus & Friends.
Tiempo también para recordar su legado tras un inicio profesional en Andersen y la llegada a un Cuatrecasas que entonces rozaba los 20 profesionales, todos dedicados al asesoramiento fiscal. Eso sí, prefiere dar los méritos de lo que es Cuatrecasas en la actualidad, con más de 2.000 colaboradores, a Emilio Cuatrecasas a quien califica como "el gran visionario de donde iba la abogacía y el despacho".
La transformación del despacho coincidió con la entrada de España en la Comunidad Económica Europea en 1986, lo que supuso su primera oficina fuera de nuestras fronteras. Fue Bruselas la ciudad elegida, pero ahora cuentan con presencia en 12 países y una cobertura global. No en vano, prefiere calificar al despacho como internacional, ya que la abogacía de hoy en día asesora a "un mercado que no es local, no es sólo nacional, es internacional". Eso sí, reconoce el enorme nivel de la abogacía patria: "Los despachos de abogados españoles somos un referente más allá de nuestro país. De los ocho primeros despachos de Europa continental, tres son españoles".
No es lo único en lo que ha cambiado el sector legal en los últimos años. Fontana considera que los profesionales han tenido que evolucionar, lo que justifica la adopción hace un par de años por parte de Cuatrecasas de un modelo de trabajo estructurado por grupos de especialidad e industrias, sin fronteras geográficas. "Hoy no se puede entender que nosotros estemos asesorando a compañías de energía, alimentación o de fabricación de trenes sin entender su negocio, sin conocer cómo funciona o sin saber los cambios o quiénes son los competidores", explica de un nuevo perfil en el que la especialización es fundamental: "Hay que estar muy cerca del cliente y, por tanto, hay que conocer mucho su industria. El tema de la excelencia es una innegociable".
Se trata de unos profesionales que, además, son el pilar de un país. "Un Estado de Derecho no se entiende son abogados", recuerda el presidente de Cuatrecasas, que insiste en el papel de sus colegas en el derecho de los negocios: "Los empresarios no van a arriesgar si no tienen seguridad de que sus capitales van a estar seguros y no nos podemos olvidar de ellos porque son los que generan riqueza".
Como bandera en sus más de 40 años de ejercicio "la ética profesional que tiene que presidir todas y cada una de nuestras actuaciones", a Rafael Fontana le gustaba terminar sus parlamentos en las muchas juntas de socios que ha liderado con un mensaje que también ha sido seña de identidad de su estilo de liderazgo: la búsqueda de la felicidad. "Quiero de toda mi gente sea feliz, porque la gente que es feliz en el trabajo lo es en la vida personal. Y cuando se es feliz personalmente y en la vida profesional, pues se trabaja mucho mejor y se vive mucho mejor. No tiene ningún sentido estar haciendo algo con lo cual lo disfrutas", concluye Fontana aludiendo a lo que él califica como "el alma Cuatrecasas que flota y que está en los que hoy estamos aquí y en los alumni que han pasado por la casa".
Innovación en el ADN del despacho
La historia de Cuatrecasas es inseparable de su apuesta por la innovación. Rafael Fontana lo resume con claridad: "La innovación es una gran parte del ADN y hemos apostado siempre por ello". Esa visión, arraigada desde hace décadas, ha impulsado tanto la modernización tecnológica como los cambios estructurales que han permitido al despacho consolidarse como referente internacional. Pero el salto cualitativo más relevante ha llegado con la inteligencia artificial.
Cuatrecasas fue seleccionado por Harvey en España para desarrollar esta tecnología con un centenar de profesionales durante varios meses. Pese a su enorme potencial, el presidente subraya que la IA exige responsabilidad e insiste en que sólo será útil si se apoya en una sólida base jurídica: "La inteligencia artificial es una herramienta que claramente te ayuda a ser mejor abogado, pero has de partir de la base de que sin un conocimiento jurídico solido no te va a ayudar".
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